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Una cumbre en el abismo
por Fernando Luis Egaña
viernes. 9 diciembre 2011


     El título de estas líneas no será original pero sí realista, porque entre el boato retórico de la cumbre caraqueña de la Celac y la precaria realidad del conjunto de los venezolanos, la diferencia fue precisamente abismal.

 

     Mientras el señor Chávez insiste en su retrato panorámico de un país liberado de la opresión y salvado para el progreso ilimitado --gracias a él y a su supuesta revolución, no faltaba más--, la situación de Venezuela en términos de violencia social, decaimiento económico y despotismo político continúa aprisionando al Estado y la sociedad.

 

     En la cumbre de la Celac, el oficialismo gobernante se pretendió erigir como un ejemplo luminoso de transformación revolucionaria, no sólo para Venezuela sino para toda América Latina y el Caribe, al tiempo que sumerge a la nación donde impera en una de las crisis más profundas y peligrosas de toda su historia independiente.

 

     La lucha contra los imperialismos y a favor de las soberanías, por tanto, se termina convirtiendo en una máscara colosal para tratar de ocultar la depredación masiva del potencial venezolano, en función de facilitar el control hegemónico y el continuismo en el poder.

 

     El auge del gobierno sin leyes o al margen de éstas, la resurrección del viejo militarismo, la apelación incesante a la violencia verbal en contra de cualquier oposición, y el reforzamiento de entramados estatistas para regimentar la economía y la dinámica social, no pueden ser considerados como cambios cónsonos con las grandes corrientes de modernización en el siglo XXI. Todo lo contrario.

 

     Y sin embargo de eso se trata la llamada "revolución bolivarista" que, además, no pierde oportunidad para proyectarse cual modelo de futuro para el continente y más allá. Hasta el ruido de los cacerolazos de protesta se le presenta como una algarabía jubilosa ante los fuegos artificiales. Metáfora perfecta del abismo, si las hay.

 

     De allí la gran contradicción en el nacimiento de la Celac. Una instancia necesaria y con grandes perspectivas de convertirse en una plataforma de impulso para la integración, la democracia y el desarrollo latinoamericano y caribeño, se constituye en la capital de un país que va en una dirección opuesta a esas metas progresistas.

 

      En lo que a Venezuela respecta, la fundacional de la Celac fue una Cumbre en el abismo. La cumbre del falseamiento en medio del abismo nacional.

flegana@gmail.com
 

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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