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La batalla para gobernar
por Fernando Luis Egaña
viernes , 28 noviembre 2008


    Conocidos los resultados del 23-N y proclamados los nuevos gobernadores y alcaldes de la oposición, ahora empieza una lucha acaso más intensa que la electoral: la batalla para tratar de gobernar en medio del cerco oficialista. Que ya empezó, ¡y antes de que tomaran posesión!

 

    Todo el mundo recuerda las amenazas proferidas por el señor Chávez en el sentido de "cortar" los recursos presupuestarios a aquellos estados que se mostraran rebeldes a la marea roja-rojita. Pues bien, en la etapa que ahora comienza se verá hasta dónde es cierto o falso semejante chantaje.

 

    Porque inconstitucional sería cualquier pretensión al respecto, por más disimulada que fuera. El Situado Constitucional es un mandato de la Carta Magna, y las asignaciones presupuestarias a través de leyes especiales tienen un rango normativo que no se puede esquivar sin ultrajar los preceptos normativos, cosa que tanto caracteriza el proceder de la "revolución bolivarista".

 

    Los alcaldes opositores tienen la ventaja de contar con ingresos propios que se derivan de los impuestos municipales. Sobre todo en los municipios de importante actividad económica como Maracaibo, San Cristóbal, Mérida, Chacao y Baruta. No así en municipios periféricos que están condicionados por el situado estadal.

 

    Pero el presupuesto de las gobernaciones depende casi íntegramente de las transferencias del Ejecutivo Nacional. En especial después que algunas competencias lucrativas como la administración de autopistas y carreteras les fueran arrebatadas y recentralizadas en Caracas.

 

    Igual ocurre con la Alcaldía Metropolitana que regentará Antonio Ledezma. El grueso de sus  ingresos proviene del gobierno central y una pequeña parte del reenvío de tributación de los municipios caraqueños. Esto último no se venía cumpliendo desde hace años y esperemos que ahora sea distinto.

 

    Pero el acoso oficialista no sólo puede intentarse por la vía presupuestaria, sino también por la intransigencia política de algunos Consejos Legislativos cuya mayoría está en manos del PSUV. Gobernadores como Henrique Salas Feo rodeados de alcaldes peseuvistas tendrán, así mismo, dificultades adicionales.

 

    Encima, distintos sectores del "movimiento revolucionario" ya comenzaron a boicotear a los gobernadores y alcaldes electos que no le son afines. Iris Varela, cuándo no, anuncia que "asfixiarán al gobernadorzuelo ese", refiriéndose a Pérez Vivas, quien obtuvo la mayoría comicial del --se supone-- "pueblezuelo tachirenzuelo"...

 

    El canal VTV transmite una campaña de denuncias en contra de los nuevos mandatarios opositores sobre supuestas decisiones que afectarían el funcionamiento de las misiones gubernativas. Y resulta que ninguno se ha encargado de sus responsabilidades gubernativas y, peor todavía, la gestión de las misiones no es potestad de las gobernaciones o alcaldías sino del gobierno nacional.

 

    Y por si fuera poco, varios de los funcionarios salientes se están mostrando de lo más indispuestos a colaborar con los sustitutos en la entrega de los despachos, y circulan numerosas versiones sobre el desmantelamiento de oficinas y dependencias que, sobra decirlo, son bienes públicos. El señor Chávez también sigue haciendo gala de su típico lenguaje de confrontación y vituperio, como si nada hubiese pasado.

 

    Por otra parte, como la descentralización de competencias es una especie de bestia negra para el mandatario rojillo, es previsible que continúe el proceso de reversión y recentralización en desmedro de los poderes y facultades estadales. A la Alcaldía Mayor de Caracas, por ejemplo, ya le quitaron la Policía Metropolitana y buena parte del sistema de salud y educación.

 

    Además, en la última oleada de leyes habilitadas se aprobaron las figuras de los "virreyes regionales" que, designados a dedo por Miraflores, se superpondrían a los funcionarios elegidos por el pueblo. Se puede apreciar, entonces, la magnitud del margen de maniobra que posee el Estado bolivarista para tratar de perjudicar a las instancias de gobierno que no le sean adictas.

 

    Como parte de la estrategia de acoso, en Miraflores ordenan nuevos procedimientos contra Globovisión y quizá contra otros medios independientes y, no faltaba más, el diputado Isea se solaza con su cantinflérico "Informe sobre el magnicidio" y propone se declare la responsabilidad política (...) a los principales editores de medios críticos.

 

    Todo esto hay que decirlo, no con la intención del aguafiestas sino para poner los pies sobre la tierra. Al fin y al cabo, el 23-N evidenció una férrea voluntad para triunfar contra todas las tropelías, y esa misma fuerza será aún más necesaria en la batalla para gobernar. 

flegana@gmail.com

 

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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