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Una respuesta incriminante
por Fernando Luis Egaña
viernes, 23 mayo 2008


Ha sido tan pero tan frágil la respuesta del señor Chávez y del conjunto de su gobierno al informe de la Interpol, que incluso han contribuido a abonar la credibilidad de la investigación forense realizada por esa institución internacional a la "biblioteca documental" de las computadoras de Raúl Reyes. Llama la atención que unos personeros tan duchos en las malas artes de la manipulación política se hayan autogoleado de una manera grotesca.

Limitarse a contestar que todo se trató de un "show de payasos" conducido por un "corrupto policía gringo", debilita la posición de la Miraflores roja-rojita con respecto a las señaladas vinculaciones políticas, financieras y militares entre el Estado nacional y las Farc que se desprenden de la información contenida en las tres portátiles. No por nada es que la presidenta de Chile, la muy socialista Michelle Bachellet se vio obligada a enviar una nota de protesta por los ramalazos que alcanzaron al chileno presidente de ese organismo mundial.

La rueda de prensa presidencial con corresponsales extranjeros convocada para justo después de la presentación bogotana del secretario general de la Interpol, Robert K. Noble, dio pena ajena para decir lo menos; y la tragadera de mamones en los programas "informativos" de los canales del Estado fue de lo más curiosa. Al fin y al cabo si no saben qué contestar, es preferible esperar un poco a siquiera medio revisar el Informe, que anunciar "programas especiales" y eventos mediáticos para poner la cómica con precarias "refutaciones".

Cómo sería la cosa, que la declaración del Psuv que ofreció Jorge Rodríguez flanqueado por Cilia Flores y Jacqueline Farías, al no más concluir la de Interpol, parecía igualita a esas intervenciones que hacen los comandos de campaña del candidato perdedor momentos antes de reconocer la derrota. La misma sonrisa tiesa y los mismos chistes estresados.

Acusar de payasería a la labor técnica de un organismo inter-gubernamental al cual pertenece el gobierno de Venezuela y con el cual mantiene múltiples relaciones, y vituperar de su secretario general, electo y reelecto por consenso en las Asambleas de la Interpol, es decir sin la oposición del actual gobierno de Venezuela, es una salida tan burda e improvisada que deja muy mal parado al señor Chávez. Y ni hablar de la nueva Fiscal General de la República cuya originalidad declarativa no sorprende a nadie.

En razonada contraposición, desde el comisionado de la Unión Europea para las relaciones exteriores, el socialista español Javier Solana, hasta el muy independiente Fiscal General colombiano y fuerte crítico de Uribe, Mario Iguarán, innumerables voceros se han pronunciado por la continuación profesional de las investigaciones sobre las "ciber-revelaciones" de las Farc. Es lo que debe proceder y de seguro lo que procederá, entre otras causas, por la extrema importancia y gravedad de aquellos contenidos.

Lo contrario sostiene Ramón Rodríguez Chacín, ministro encargado de la policía y la seguridad, que se ufana de su relación personal con el secretariado de las Farc, "de Marulanda para abajo", y acto seguido califica de "infamia" el que se alegue en Colombia que hay jerarcas faracos viviendo en Venezuela, o que el Gobierno del cual él forma parte mantenga vínculos con ese grupo narco-terrorista. ¿Podría haber una contradicción más infantil?

Cierto que ni la Interpol es infalible ni sus informes son incuestionables. Pero si se tienen fundadas dudas sobre su desempeño, éstas deben expresarse con seriedad y raciocinio, porque la burla baratona y el nerviosismo disfrazado de sarcasmo o insulto suelen ser tan incriminantes como la data dura y pura. Sólo quién no tenga el más mínimo interés en que algo se investigue, es quien descalifica de raíz a la investigación y a los investigadores. ¿O no?
 

flegana@movistar.net.ve

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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