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El novenario de la "revolución"
por Fernando Luis Egaña
viernes, 15 febrero 2008


La "revolución bolivariana" está cumpliendo 9 largos años en el poder, y se hace necesario evaluar diversos resultados concretos del período 1999-2008, en los que la bonanza petrolera ha proporcionado más de 400 mil millones de dólares. La manera más elocuente es respondiendo las principales preguntas que el propio presidente Chávez formuló en la Asamblea Nacional, para referirse a los fracasos de su gobierno, en materia de escasez, carestía, inseguridad personal y deterioro de la calidad de vida cotidiana de 27 millones y medio de venezolanos.

¿Por qué las gestiones ante las instituciones públicas siguen siendo una pesadilla para el ciudadano común? En primer lugar porque el tamaño del Estado ha crecido de forma caótica en los últimos años. De 16 ministerios en 1999 a 28 ministerios y más de 100 viceministerios en el 2008; incluso se creó un viceministerio para los ríos de la selva amazónica... El número de empleados públicos de la administración nacional subió de 850 mil a 2 millones, sin contar los laborantes en las Misiones.

Así mismo, se recentralizaron en la capital gran parte de las competencias que se habían descentralizado en las regiones y municipios. Se han multiplicado los Institutos Autónomos, las Empresas del Estado, las Fundaciones Públicas y otros entes estatales. Se han politizado corporaciones gerenciales como Pdvsa, Edelca y el Metro de Caracas, y se han desordenado sus funciones: Pdvsa pretende fabricar muebles, las FAN organizar mercados, Pequiven construir casitas. Se nombran y remueven los principales funcionarios a cada momento, impidiéndose que cuaje cualquier política pública. En suma: porque el burocratismo y la ineficiencia se han llevado a límites casi insuperables.

¿Por qué la inseguridad sigue siendo un problema tan grave en los pueblos y en los barrios? Porque el número de asesinatos o muertes violentas se disparó de 4 mil quinientos en 1998 a más de 15 mil en el 2007, es decir un aumento superior al 330%, y todavía se considera que las cifras rojas están subestimadas. En los Estados Unidos, que tiene 11 veces la población de Venezuela, el número de homicidios fue de 17 mil en el 2006. Ya Caracas registra casi la misma cantidad de asesinatos que toda Venezuela hace 9 años.

Del mismo modo se han incrementado el secuestro, el secuestro express, y otras modalidades delictivas como el narcotráfico y lavado de dinero. En extensas áreas del país, como la frontera tachirense, la zuliana, el Alto Apure y el extremo noreste costero, el control del Estado ha sido sustituido por el imperio de irregulares colombianos, mafias vernáculas y bandas asociadas al negocio de la droga, como en la península de Paria. Por el ministerio de Interior y Justicia han desfilado 9 ministros en 9 años y la situación empeora, mientras el presidente Chávez se dedica a "pacificar" a Colombia y guarda silencio sobre la violencia en Venezuela.

¿Por qué desapareció la leche y por qué nos cuesta tanto producir bienes de uso diario? Porque el "gobierno revolucionario" se ha empeñado en desbaratar el aparato productivo privado, en su afán por imponer un modelo socialista a punta de petrodólares. En 1997 había en el país más de 11 mil establecimientos manufactureros, de los cuales cerca de 10 mil eran pequeñas y medianas industrias. Para finales del 2005 quedaban 6 mil quinientos y ahora el INE contabiliza 7 mil quinientos. Es decir que en una década desapareció el 46% del sector industrial, lo que explica el aumento del desempleo formal y del buhonerismo, a pesar de los malabarismos estadísticos oficiales.

Igual acontece en el dominio agropecuario, donde muy pocos rubros muestran algún crecimiento y la mayoría refleja un saldo negativo, como la producción de sorgo que cayó 39% en el 2007, la de plátano que bajó 30%, y la de azúcar cuya caída productiva fue de 1%, pero se quedaron en el campo 5 millones de toneladas por la debilitada capacidad de los centrales. Ha disminuido la frontera agrícola, el rebaño vacuno, la actividad agroindustrial y las inversiones respectivas.

En Venezuela no se ha desatado una hambruna de magnitud subsahariana gracias al incremento exponencial de las importaciones de alimentos, que se han duplicado del 2000 al 2007, al pasar de US$ 1.970 millones a un monto superior a los 4 mil millones de dólares. Las importaciones totales marcaron un récord histórico de 45 mil millones de dólares, cortesía del "desarrollo endógeno".

¿Por qué no hemos podido solucionar problemas tan graves que azotan a nuestro pueblo en cada esquina, en cada casa, en cada vida? Porque en pleno siglo XXI están rebrotando endemias como malaria, paludismo y dengue en proporciones críticas. Por ejemplo, se ha registrado un incremento de 99% en la media de enfermos de paludismo por año entre el período 1994-1998 y el presente de 1999-2008. Así mismo, los niveles de pobreza que se ubicaban en 42% en 1999 se incrementaron a 54% en el 2004, y luego que el INE "modificara" sus sistemas de medición, ahora aparecen entre 30 y 35%.

Por otra parte, según la Memoria y Cuenta del ministerio del Poder Popular para la Educación, el número de inscritos en el primer grado de la Educación Básica es menor que en 1997, la matrícula escolar pública viene descendiendo desde el 2005 y hay un aumento en la deserción escolar. Y en materia de vivienda, en estos 9 años se han construido una cantidad considerablemente menor que en cualquiera de los 6 quinquenios gubernativos del período 1968-1998.

¿Por qué la corrupción no la hemos podido frenar y mucho menos derrotar? Porque el Estado "revolucionario" ha desmantelado los controles administrativos sobre el manejo de los recursos, y porque éstos se han multiplicado por obra del vendaval de petrodólares. La dupla "más dinero y menos control" conduce a mayor corrupción, máxime si el jefe del Estado "se hace el loco" con las acusaciones de corrupción, tanto nacionales y foráneas, en contra de muchos de los jerarcas del Estado "revolucionario".

La concentración de los poderes del Estado en Miraflores, impide que la Asamblea Nacional denuncie e investigue, que la Contraloría supervise y sancione, que la Fiscalía ejerza acciones y que los tribunales procesen y condenen. Encima, la nomenklatura y la boliburguesía son dos caras de la misma moneda de una de las satrapías más corrompidas que se recuerden, no ya en Venezuela sino en América Latina.

Pero al señor Chávez le faltaron por hacer muchas preguntas importantes. La más apremiante es qué se hicieron los más de 400 mil millones de dólares del boom internacional de los precios petroleros, pero además, ¿por qué se ha duplicado el monto de la deuda externa y por qué se ha multiplicado el de la deuda interna?, ¿por qué tenemos la espiral inflacionaria más elevada desde 1996?, ¿por qué se dispara el gasto militar y la transferencia de recursos al exterior con tantas necesidades sociales agravadas?, ¿por qué campea la desconfianza y la incertidumbre?, ¿por qué se ha desaprovechado tan inmensa oportunidad de desarrollo? ¿por qué en tiempos de vacas gordas la vida diaria es de vacas flacas?

Porque la dura realidad es que nunca antes los venezolanos habían tenido que hacer largas colas para comprar un litro de leche o un kilo de harina. Nunca antes la inseguridad personal se había convertido en el problema social número uno. Nunca antes las muertes violentas se habían situado como la segunda causa de mortalidad en el país. Nunca antes la población venezolana había buscado emigrar de su propio antes. Nunca antes un gobierno venezolano había sopesado inventar una guerra con Colombia para tratar de evitar su naufragio interno.

El desgobierno de Chávez, como señala Manuel Malaver, está dejando a un "país exhausto, escaldado, enfermo y dividido". Es cierto, pero también lo es que por causa de sus desmanes se ha generado una revalorización de la democracia, en especial entre los más jóvenes, que ya se expresó el pasado 2-D del 2007 al derrotar la pretensión continuista, y que puede ser razón de esperanza para la necesaria reconstrucción de Venezuela.

Ya le están sonando las campanas de novenario a la llamada "revolución bolivarista".
 

flegana@movistar.net.ve

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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