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El currículo de Adán
por Fernando Luis Egaña
viernes, 5 abril 2008


En una de sus muy esporádicas apariciones en una sesión del Consejo de Ministros --es de dominio público que el señor Chávez no suele asistir a las reuniones del Gabinete Ejecutivo que debería presidir, como tampoco existe un régimen regular de cuentas ministeriales, lo que en parte explica el descomunal despelote administrativo de la "revolución bolivariana"--, el mandatario rojo-rojito, al parecer, se echó para atrás con la tentativa de imponer cuanto antes y manu militari el llamado "Currículo Bolivariano" (CB), que no es otra cosa que un esperpento típico de la satrapía que regentan los hermanos Chávez.

Se especula que la reacción prácticamente consensual de los maestros, padres y representantes, gremios educativos, oeneges especializadas, autoridades de Escuelas de Educación en el sector universitario y, en fin, de casi todo el mundo vinculado a la pedagogía venezolana en contra no de que se reforme o actualice el pénsum de estudios sino de la majunchería preparada por el Ministerio del Poder Popular para la Educación, fue el factor primario que llevó al señor Chávez (Hugo) a encadenarse en la radio y televisión para anunciar "que no estaba apurado con el tema" y que más bien lo dejaba para ser decidido en el 2009.

El ministro del MPPE, Adán Chávez, no había estado en lo suyo al pasar trabajo tratando de explicar los intríngulis del "Currículo" que pretende cambiar los contenidos de la educación inicial, primaria y secundaria de los millones de venezolanos en edad escolar. Y es que esos cambios no buscan elevar la calidad educativa sino aprovechar el proceso educativo como medio para la propaganda oficialista. En las contadas apariciones televisivas del ministro, todas desde luego en cómodos programas de los canales oficiales, lo que hizo fue enredar las cosas con un magma de consignas y lugares comunes que a más de uno habrá sorprendido por venir del "funcionario rector" de la educación nacional.

Y es que como casi todas las iniciativas "académicas" que emanan de la revolución bolivarista, el CB es una mezcolanza de crasa ideología con burdo militarerismo y el infaltable toque de mamarracho. Y la verdad es que mucho peor que adoctrinar, lo que podría conseguir es torpedear con cargas de cretinismo el aprendizaje natural de las personas. El riesgo principal no es tanto la ideologización sino el embrutecimiento.

En el campo de las Ciencias Sociales, por ejemplo, se enfatiza el estudio del conuco y el fundo zamorano como unidades de producción social, y se ensalza a la propiedad colectiva como base de las relaciones de producción. El "desarrollo endógeno" se presenta como la "transformación de los recursos para el bienestar social"... Dígame eso, en el siglo XXI de la globalización, la nanotecnología y la biocibernética, los muchachos venezolanos estudiando las bondades del conuco y las virtualidades --porque en la práctica se han desintegrado-- de los denominados "fundos zamoranos". Segurito que por ese camino no tardaríamos en convertirnos en una "potencial mundial" como tanto lo anuncia el hermano presidente del ministro Chávez.

Mención especial en el CB tiene el análisis de los "movimientos de emancipación, guerras civiles y conflictos sociales en el mundo actual". Eso es clave roja-rojita se debe referir a la guerrilla colombiana y al talibanismo islamista, porque al parecer el autonomismo tibetano no goza de buen ambiente en el Miraflores revolucionario. Si hasta escuché un comentario de humor negro según el cual ese "Currículo" parecía salido de la computadora de Raúl Reyes...

En los contenidos de "Ciudadanía", es decir la vieja "Moral y Cívica" pero con boinacolorá, llama la atención el predominio de lo militar sobre lo civil, las reiteradas menciones a la "seguridad y defensa", la descripción de los equipos, habilidades y destrezas militares, incluyendo el "orden cerrado", la identidad entre Fuerza Armada y Estado, y la organización de la reserva militar. ¿Y eso qué tiene que ver con una educación cívica y republicana? Porque una cosa es que lo militar esté presente en el pénsum educativo nacional, y otra muy distinta es que lo esté de la misma manera e intensidad de un liceo militar o militarizado.

En cuanto a la enseñanza de la historia se repite la versión caricaturesca de los almanaques oficiales: el edén precolombino, la opresión colonial, la Independencia, la traición de la oligarquía desde Páez-I hasta Caldera-II con la excepción zamorana y, no faltaba más, "la revolución bolivariana como plataforma de un proceso participativo, protagónico y corresponsable". Y en tan largo y complejo proceso histórico, no ya de siglos sino de milenios, los "9 añitos de la revolución" tienen más espacio y peso que los 300 de la historia colonial, o los 200 de la era republicana, y ni que hablar de los 40 años de la República Civil. Si eso no es contrabando de la más burda especie, ¿qué es?

Como era de esperarse, buena parte de los contenidos se dirigen a alabar los "logros de la revolución bolivariana", vale decir los núcleos de desarrollo endógeno, la geopolítica internacional, las misiones y programas desarrollados, la participación protagónica, y pare de contar. Se repiten los eslóganes más sonoros de la publicidad oficial y se empaquetan como si fueran realidades trascendentales para el "devenir histórico de la patria". O sea una farsa tan baratona que hasta los más esmerados intelectuales del oficialismo se han hecho de la vista gorda, inclusive a pesar de los sustanciosos estímulos que algunos reciben para corear filosófica y literariamente las ocurrencias del mandamás.

En suma, lo que no merecería ser más que un manual de adoctrinamiento del PSUV se le quiere dar el rango de currículo obligatorio en el sistema educativo nacional, sea público o privado. ¿Por qué tanto ensañamiento en contra de la educación venezolana? Como si no fuera ya bastante que Adán Chávez ocupara el ministerio del ramo, ahora el CB es una amenaza adicional a la coeficiencia intelectual de la población en edad escolar. Menos más que obras son amores y no buenas razones, y eso, repito, al parecer, lo ha detectado el primer mandatario quien ahora prefiere dejar para después la imposición del CB. De allí la necesidad de que la sociedad educadora refuerce su lucha y ese "para después", en lo que atañe a este mamotreto curricular más no a un currículo moderno y actualizado, sea para más nunca.
 

flegana@movistar.net.ve

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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