Inicio | Editor | Contáctenos 
 

¿Y el currículo de la Academia Militar?
por Fernando Luis Egaña
viernes, 2 mayo 2008


Si una consecuencia positiva ha traído esa mezcla de chapuza y amenaza que es la "política educativa" de la "revolución bolivariana", es que ha vigorizado la conciencia nacional sobre los temas de la educación. Desde el notorio Decreto 1011 por allá en el 2000 hasta la fresca polémica sobre el llamado "currículo bolivariano", la pretensión de imponer esquemas educativos de intensa politiquería y de muy baja factura profesional, ha contribuido a la justificada preocupación y la consiguiente movilización de la sociedad docente.

De allí el intenso debate con la participación de innumerables sectores y el creciente interés del conjunto de los venezolanos. Un verdadero logro de la cultura democrática en la defensa de sus derechos. Instancias como la Asamblea de Educación y los gremios independientes del ramo merecen el reconocimiento general por su labor de alerta, reflexión y propuesta permanente en el vasto y crucial conglomerado de la educación venezolana.

Pero hay un ámbito educativo que ha estado al margen de la discusión: el de las Academias Militares. Nada o muy poco se dice al respecto, y ello se hace casi incomprensible porque en estas instituciones se forman, o no, los soldados de una república cada vez menos civil y cada vez más dominada por el fuero castrense. Si de la República Civil hemos pasado a un régimen de marcada naturaleza y orientación militarista, se hace obvio que las Academias Militares sean piezas centrales del engranaje. No obstante, este tema no figura en la agenda pública del país.

¿Qué se enseña en las Academias Militares? ¿Quiénes lo hacen? ¿Cuáles son los criterios educativos? ¿Cuál es el currículo? ¿Cómo se marcan las pautas? ¿Qué se busca con la educación militar?

Tanto en la Escuela Básica de la FAN, donde se cursa el primer año de estudio, como en las Academias de los cuatro componentes, Ejercito, Armada, Aviación y Guardia Nacional, donde se cursan los restantes, existen unos diseños curriculares de carrera que son prácticamente desconocidos fuera del medio militar. El tradicional desfase entre el mundo militar y el mundo civil, se ha profundizado deliberadamente en los años de la "revolución bolivariana", y ello se refuerza más en el campo de la enseñanza uniformada.

Por ejemplo, en la Academia Militar de Venezuela, "alma mater" del Ejercito, impera un plan curricular llamado "Simón Rodríguez", que se administra en 4 años lectivos y que comprende actividades en aula, períodos de campo y una serie de cursos obligatorios entre los que destaca, en primer lugar, el "Curso de Guerra Popular de Resistencia"... Los profesores no-militares de reconocida solvencia académica que otrora tenían cabida en esas Academias han sido eyectados de las mismas, y ahora se requieren credenciales de militancia política para el más mínimo intercambio con los aspirantes a oficiales.

Un vistazo a los títulos de los Trabajos de Grado de los integrantes de la promoción "Felipe Acosta Carlez" de 2008, da buena cuenta de los efectos del adoctrinamiento "revolucionario". Muchos de estos se dedican a reiterar el discurso oficialista sobre las supuestas maravillas del socialismo de siglo XXI, y hasta no faltan los que se destinan a la loa personal del comandante en Jefe. No será por nada que el actual director de la Academia Militar, el general Miguel Rodríguez Torres, haya sido por varios años el jefe de la Disip o de la "policía política" como se la llama en Miraflores. La rienda corta, pues.

Nuestras Academias Militares deberían ser las primeras en cumplir los preceptos de la doctrina militar de la Constitución en cuanto a la formación "esencialmente profesional y sin militancia política, al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna". Pero, ¿eso es así? No hace falta tener unos soles sobre el hombro para saber la respuesta. Basta constatar la actuación del actual ministro de la Defensa, Gustavo Rangel Briceño, para saber lo mal que pueden andar las cosas en aquellos recintos.

El solo hecho de que el discurso oficial insista en parcializar a la Academia Militar como "la cuna de la revolución bolivariana", debería ser suficiente para suscitar la atención y la alarma del sector educativo nacional. Estas Academias son demasiado importantes como para que el conjunto de la sociedad civil no tenga interés e incluso participación en las actividades que le son propias.

Al fin y al cabo, si el "currículo" es crucial para la educación inicial, primaria, secundaria y universitaria-civil, lo tiene que ser también para la educación militar.
 

flegana@movistar.net.ve

 *

 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


© Copyright 2007 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.