El paisa y
el
picotero
por Fernando Luis Egaña
viernes,
30
noviembre
2007
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L a
rabieta de forma y fondo que el señor Chávez exhibe a
propósito del fin anticipado de su "mediación" en la patria
del señor Uribe, pone de relieve la patética "diplomacia"
integracionista de la llamada "revolución". En la prédica,
el mandatario veneozlano se define como un partidario
acérrimo de la integración "grancolombiana", y hasta se
presenta como el legítimo heredero de la visión del
Libertador en cuanto a una nación de repúblicas. Pero en la
práctica, las cosas han ido y van en la dirección
diametralmente opuesta. Veamos.
El gobierno de Venezuela está peleado con el gobierno de
Colombia. El gobierno de Bolivia, muy influenciado por
Miraflores, está querellado con el gobierno del Perú. El
gobierno de Ecuador, quizá también por el influjo de la
"revolución bolivarista", está bastante distanciado del
gobierno de Colombia. El gobierno del Perú, por similares
razones, está prevenido contra el gobierno de Venezuela y,
por si fuera poco, el gobierno de Panamá se mantiene de lo
más alejado de la conflictividad regional.
Encima de todo, el señor Chávez resolvió la salida de
Venezuela de la Comunidad Andina, en medio, por cierto, de
una sonora descalificación al pacto integracionista, y trata
de empujar a Bolivia y Ecuador por el mismo camino. Otros
mecanismos sucedáneos de complementación andina han sido
despreciados por el Gobierno "revolucionario", y además ha
pretendido expandir su plataforma política de "integración",
el Alba, en países como el Perú, aún a contravía del
gobierno en funciones.
Más que ruidosas han sido las reyertas del presidente
Chávez con los sucesivos presidentes peruanos, Valentín
Paniagua, Alejandro Toledo y Alan García. Conflictivas
fueron las relaciones con el presidente colombiano Andrés
Pastrana y con Uribe Vélez no pueden ser más tensas. El
presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez no recibió
precisamente flores, y el derrocado presidente boliviano
Gonzalo Sánchez de Lozada alega que su colega venezolano
contribuyó a financiar su caída del poder. Hasta la
presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, fue acusada de "lacaya
del imperio" en los últimos días de su gestión, por haber
permitido la salida de Posada Carriles a Estados Unidos.
Durante el régimen de Chávez, Venezuela ha suspendido
por estimables períodos sus relaciones diplomáticas con
Perú, se ha visto envuelta en diversos impasses con
Colombia, ha llamado a consultas a sus embajadores en Panamá
y Ecuador, ha intervenido abiertamente en los asuntos
internos de Bolivia y, last but not least, ha
anunciado la "congelación de relaciones" con la hermana
república.
Y todo ello sin entrar a revisar los conflictos de
boinacolorá más allá de las fronteras de la añorada Gran
Colombia. Menos más que el señor Chávez es un
integracionista convicto y confeso, porque si no, el
laberinto que se ha intentado, sin éxito, desenredar en
Annapolis no estaría demasiado alejado de nuestro
enguerrillamiento regional.
El picotero, o sea "el que habla mucho y sin sustancia
ni razón, o dice lo que debía callar" tiene a la integración
en la picota. Quién dude, que le pregunte al paisa.
flegana@movistar.net.ve
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Columnista,
profesor universitario y ex-Ministro de Información |
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