Ricardo
Lagos y Fernando Henrique Cardoso, dos latinoamericanos de
conocido prestigio y proyección internacional, además de
antiguos colegas-presidentes de Hugo Chávez, coinciden en
apreciar el estrecha asociación entre la revolución
bolivariana y la realidad petrolera de Venezuela, sobre todo
en tiempos de bonanza del mercado internacional del
petróleo.
No se trata de dos meros jarrones chinos, como les decía
Eduardo Frei (padre) a los ex-jefes de Estado, sino de dos
estadistas de amplia trayectoria, ambos representantes del
pensamiento progresista y democrático de la región; con un
historial de lucha política, vida académica y servicio
público, tan característica de la mejor tradición de
liderazgo civil de nuestro continente.
El chileno Ricardo Lagos y el brasileño Fernando Henrique
Cardoso, gobernantes afirmativos y conocedores a fondo de la
situación venezolana, han acertado en señalar que el modelo
de la revolución bolivariana puesto en práctica, sólo es
posible en un país de considerable renta petrolera que,
además, está recibiendo un cuantioso caudal de recursos por
encima de lo previsto en el presupuesto, en virtud del alza
sostenida de los precios en el mercado internacional.
En una reciente entrevista del diario madrileño El País,
el ex-presidente Lagos afirmó que "las políticas de Chávez
no son reproducibles en países sin petróleo". Así mismo
destacó que "esas políticas se sustentan en la capacidad
financiera que da el petróleo". Nótese que Ricardo Lagos es
un político de izquierda y figura capital del movimiento
socialista chileno.
Por otra parte, el ex-presidente Cardoso, con motivo de la
presentación de su libro "El Presidente accidental" o las
memorias de su paso por el Palacio de Planalto, señaló que
"Chávez es diferente porque tiene petróleo". Y debería
agregarse, porque tiene el petróleo por las nubes gracias al
alza global de los precios de la energía. Al fin y al cabo,
no es lo mismo manejar un Estado con el barril del petróleo
en 10 dólares que en más de 50.
De una familia política similar a la de Lagos, Cardoso antes
de político fue un académico de alto vuelo, tanto en América
Latina y más allá; estimado en particular por sus estudios
sobre la teoría de la dependencia y sus implicaciones
negativas para el avance de las llamadas economías
periféricas. Sus credenciales ideológicas, por ende, son
impecables desde el ángulo de la dimensión social del Estado
y el desarrollo.
Lagos y Cardoso también alternaron con Chávez en función
presidencial. "Fernando Henrique", como le dicen
popularmente en Brasil le entregó el poder a Lula Da Silva
en enero del 2003, luego de 8 largos años al frente de la
recuperación de su gran nación; y "don Ricardo", como le
llaman sus paisanos, le pasó el mando a Michelle Bachelet en
marzo del 2006, en medio del reconocimiento general de la
sociedad chilena.
Bastante que saben, por tanto, del sistema de gobierno que
se ha ido estableciendo en el país en los últimos años.
Incluso, debe recordarse que el primer viaje al exterior que
hiciera el entonces presidente-electo Chávez, en diciembre
de 1998, fue, justamente, a Brasilia para reunirse con
Cardoso. En numerosos encuentros internacionales y en
visitas oficiales a Venezuela, Lagos y Cardoso tuvieron la
oportunidad de constatar el desenvolvimiento de la
"revolución bolivariana".
No les sorprendería a ninguno que muchos de los efectos
nocivos causados por las ejecutorias de este sistema de
gobierno, en especial en materia económica, terminen siendo
en parte compensados por la magnitud de los ingresos
fiscales. Sin ir muy lejos, entre el 2004 y 2006 el Estado
captó 140 mil millones de dólares por exportaciones de
petróleo. Todo lo cual configura una suerte de equilibrio
entre los factores de desgaste endógeno y la estabilización
exógena que proporciona el boom petrolero.
De muchas maneras debe reiterarse que la bonanza energética
está facilitando la supervivencia del supuesto "socialismo
de siglo XXI", y el despliegue del proyecto de dominación
nacional que en verdad supone. La "chequera petrolera" es un
factor crucial para entender la realidad venezolana y lo que
ya se conoce como la "exportación del modelo o franquicia
bolivariana".
En Venezuela hay "precedentes" de tiempos de vacas gordas en
lo petrolero con magros resultados en el desarrollo
integral, y eso lo saben Lagos y Cardoso y más el segundo
que llegó a vivir y dar clases en Caracas, pero las
circunstancias y efectos negativos del presente superan con
creces a épocas del pasado como la célebre Gran Venezuela o
Venezuela Saudita.
Y es que no hace falta tener la sabiduría y experiencia de
Cardoso o Lagos para entender que el oro negro y no la
franela roja es el verdadero símbolo y sustento de la
revolución.
flegana@movistar.net
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Columnista,
profesor universitario y ex-Ministro de Información |