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Lagos y Cardoso y la petro-revolución
por Fernando Luis Egaña
lunes, 9 abril 2007


Ricardo Lagos y Fernando Henrique Cardoso, dos latinoamericanos de conocido prestigio y proyección internacional, además de antiguos colegas-presidentes de Hugo Chávez, coinciden en apreciar el estrecha asociación entre la revolución bolivariana y la realidad petrolera de Venezuela, sobre todo en tiempos de bonanza del mercado internacional del petróleo.

No se trata de dos meros jarrones chinos, como les decía Eduardo Frei (padre) a los ex-jefes de Estado, sino de dos estadistas de amplia trayectoria, ambos representantes del pensamiento progresista y democrático de la región; con un historial de lucha política, vida académica y servicio público, tan característica de la mejor tradición de liderazgo civil de nuestro continente.

El chileno Ricardo Lagos y el brasileño Fernando Henrique Cardoso, gobernantes afirmativos y conocedores a fondo de la situación venezolana, han acertado en señalar que el modelo de la revolución bolivariana puesto en práctica, sólo es posible en un país de considerable renta petrolera que, además, está recibiendo un cuantioso caudal de recursos por encima de lo previsto en el presupuesto, en virtud del alza sostenida de los precios en el mercado internacional.

En una reciente entrevista del diario madrileño El País, el ex-presidente Lagos afirmó que "las políticas de Chávez no son reproducibles en países sin petróleo". Así mismo destacó que "esas políticas se sustentan en la capacidad financiera que da el petróleo". Nótese que Ricardo Lagos es un político de izquierda y figura capital del movimiento socialista chileno.

Por otra parte, el ex-presidente Cardoso, con motivo de la presentación de su libro "El Presidente accidental" o las memorias de su paso por el Palacio de Planalto, señaló que "Chávez es diferente porque tiene petróleo". Y debería agregarse, porque tiene el petróleo por las nubes gracias al alza global de los precios de la energía. Al fin y al cabo, no es lo mismo manejar un Estado con el barril del petróleo en 10 dólares que en más de 50.

De una familia política similar a la de Lagos, Cardoso antes de político fue un académico de alto vuelo, tanto en América Latina y más allá; estimado en particular por sus estudios sobre la teoría de la dependencia y sus implicaciones negativas para el avance de las llamadas economías periféricas. Sus credenciales ideológicas, por ende, son impecables desde el ángulo de la dimensión social del Estado y el desarrollo.

Lagos y Cardoso también alternaron con Chávez en función presidencial. "Fernando Henrique", como le dicen popularmente en Brasil le entregó el poder a Lula Da Silva en enero del 2003, luego de 8 largos años al frente de la recuperación de su gran nación; y "don Ricardo", como le llaman sus paisanos, le pasó el mando a Michelle Bachelet en marzo del 2006, en medio del reconocimiento general de la sociedad chilena.

Bastante que saben, por tanto, del sistema de gobierno que se ha ido estableciendo en el país en los últimos años. Incluso, debe recordarse que el primer viaje al exterior que hiciera el entonces presidente-electo Chávez, en diciembre de 1998, fue, justamente, a Brasilia para reunirse con Cardoso. En numerosos encuentros internacionales y en visitas oficiales a Venezuela, Lagos y Cardoso tuvieron la oportunidad de constatar el desenvolvimiento de la "revolución bolivariana".

No les sorprendería a ninguno que muchos de los efectos nocivos causados por las ejecutorias de este sistema de gobierno, en especial en materia económica, terminen siendo en parte compensados por la magnitud de los ingresos fiscales. Sin ir muy lejos, entre el 2004 y 2006 el Estado captó 140 mil millones de dólares por exportaciones de petróleo. Todo lo cual configura una suerte de equilibrio entre los factores de desgaste endógeno y la estabilización exógena que proporciona el boom petrolero.

De muchas maneras debe reiterarse que la bonanza energética está facilitando la supervivencia del supuesto "socialismo de siglo XXI", y el despliegue del proyecto de dominación nacional que en verdad supone. La "chequera petrolera" es un factor crucial para entender la realidad venezolana y lo que ya se conoce como la "exportación del modelo o franquicia bolivariana".

En Venezuela hay "precedentes" de tiempos de vacas gordas en lo petrolero con magros resultados en el desarrollo integral, y eso lo saben Lagos y Cardoso y más el segundo que llegó a vivir y dar clases en Caracas, pero las circunstancias y efectos negativos del presente superan con creces a épocas del pasado como la célebre Gran Venezuela o Venezuela Saudita.

Y es que no hace falta tener la sabiduría y experiencia de Cardoso o Lagos para entender que el oro negro y no la franela roja es el verdadero símbolo y sustento de la revolución.


flegana@movistar.net

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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