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Doble derrota
por Fernando Luis Egaña
viernes, 7 diciembre 2007


El señor Chávez ha recibido 2 derrotas desde el domingo 2 de diciembre. La correspondiente al triunfo del "no" en el referendo sobre la reforma constitucional, y la que él mismo se ha venido propinando con esa actitud en extremo patanera que viene exhibiendo en diversas actuaciones públicas. La segunda es consecuencia de la primera, pero cuidado si es hasta más punzante.

En sus palabras de aceptación de la victoria electoral del "no", ya entrada la madrugada del lunes 3, Chávez afirmó que no le quitaría ni una coma a la fallida propuesta de reforma constitucional. Vale decir, que reconocía los resultados pero que no reconocía sus efectos y consecuencias. Ello equivaldría al caso de un gobernante que pierde los comicios de reelección, reconoce la victoria de quien le ganó, y luego se resiste a entregarle el poder.

En adelante se ha empeñado en declarar sin descanso, reiterando sus habituales vituperios a cualquiera que no le acompañe, tratando de desmeritar el triunfo electoral de los oponentes a la reforma, acusando a los medios de comunicación de conspirar para derrocarlo, anunciando que está listo para intervenir gobernaciones y medios críticos y, como guinda de la torta, calificando de "mierda" a medio mundo.

En lenguaje beisbolero eso se llama estar "wild": ni más ni menos que un comportamiento alocado que debe tener a muchos de sus copartidarios con las manos en la cabeza. Y esta conducta contrasta con los pies sobre la tierra que mantuvo en dos anteriores ocasiones de gran adversidad: al reconocer el fracaso del intento de golpe de Estado el 4 de febrero de 1992, y al aceptar la opción de la renuncia cuando los altos mandos militares quebraron la línea de mando al no acatar la orden de desplegar el Plan Avila en contra de la manifestación del 12 de abril de 2002.

El gobernador del estado Sucre, Ramón Martínez, ha informado que en un sondeo rápido de opinión o "tracking poll" que se acaba de realizar, los números desfavorables al presidente Chávez continúan en aumento. A primera vista, eso se entiende porque la derrota siempre es huérfana y la victoria tiene muchos padres. Pero más allá del orden natural de las cosas, se hace cada vez más obvio que crece la desaprobación social a la arrogancia matonera que no deja de manifestar el mandatario miraflorino.

La derrota popular a la pretensión de perpetuarse en el poder a través de la reelección indefinida, le está causando una zozobra existencial al señor Chávez. Y no tanto por el fracaso en sí de la tentativa, sino porque ahora se hace muy cuesta arriba que pueda imponerla más tarde por mecanismos acordes con la Constitución vigente.

A falta de posibilidad de reelección, la hegemonía de la "revolución bolivariana" se erosiona y el próximo futuro se le pone chiquito a quien buscaba mandar hasta el año 2030. La llamada "autopista despejada" de la que se ufanaba José Vicente Rangel a comienzos del 2006, se está convirtiendo en un camino culebrero que, de continuar el señor Chávez con sus amenazas y desplantes, bien podría volverse en un verdadero vía crucis.

Por obra y gracia exclusiva del proponente de la rechazada reforma, el revés que sufrió el 2-D se transforma en una derrota por partida doble.
 

flegana@movistar.net.ve

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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