Al
igual que la nómina del Real Madrid, a la escudería Ferrari podríamos muy bien
catalogarla de galáctica, a decir, no solo por su trayectoria, sino
especialmente por su prestación de éste fin de semana en Australia, con motivo
del inicio de la temporada 2004 de la fórmula 1.
Bernie Ecclestone, estaba entre los sorprendidos,
al tiempo que todos los periodistas en Melbourne nos preguntábamos, si mas que
sorprendido, Ecclestone tenía desde ya mismo suficientes razones para
inquietarse. La audiencia mundial de la F1, había progresado en la temporada
2003 y si el libreto del resto de la temporada va a ser similar al de Melbourne,
con toda seguridad unos cuantos millones de telespectadores alrededor del mundo,
simplemente cambiaran de canal.
Lo que vimos desde el propio sábado en Albert-Park,
fue absolutamente desmoralizante para todos los competidores inscritos en la F1,
salvo para el tandem galáctico de Schumacher y Barrichello. La motivación de
Schumacher está intacta, sigue conduciendo como si corriera tras su primer
título mundial y agrega el propio Schumi: “La escudería ha hecho un trabajo
fantástico…me encanta competir, eso es todo” sin duda que como filósofo el
sextuple campeón mundial no tiene ningún futuro.
En cambio, en el futuro de Ferrari no se ve
preocupación alguna, nada les inquieta. Apenas un Fernando Alonso y su Renault,
ocuparon la única plaza que Ferrari deja libre en le podium, el tercer lugar.
Claro está, que Alonso tiene méritos y su cotización en el paddock no deja de
aumentar. Del lado de Montoya, el colombiano pagó cara su mala arrancada, y del
lado de los McLaren-Mercedes, el fin de semana australiano en su totalidad fue
catastrófico, tanto que Raikkonen, fue el único piloto – entre los favoritos –
que fundió su motor, el único motor con que cuentan desde ahora – nueva
reglamentación FIA – cada uno de los pilotos para las jornadas del fin de semana
de Grand Premio.
Como quiera que sea, ésta temporada será una de
las mas largas, y así dentro de 15 días veremos si la galáctica Ferrari, ve su
ritmo disminuido por el calor de Sepang; o si las tormentas de arena que se
esperan en abril en Bahrein harán algo por salvar el espectáculo. Todo esto
antes de llegar a la China como escala previa al cierre de la temporada en
Brasil.
Hace una semana habíamos dejado con ilusión,
nuestra redacción en una fría y lluviosa París; partíamos al encuentro del sol y
del calor de Melbourne, así como también estábamos ansiosos porque la F1
comenzara, aún emocionados por la competitiva y emocionante temporada 2003 que
nunca olvidaremos. Por lo pronto, regresamos al invierno europeo un tanto
desilusionados y desesperanzados con lo que vimos y escuchamos en Albert-Park.
¿Será todo esto pasajero? ¿Volverá la rivalidad y la competición verdadera a la
F1?
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