La
campaña electoral se ha desarrollado sin mayores
contratiempos,
ni novedades en comparación a campañas electorales anteriores; de
igual forma hemos constatado una vez mas,
como empresas del Estado, Institutos Autónomos y demás entes
públicos, se constituyen en los principales proveedores de fondos
para la campaña del partido de gobierno, nada nuevo ni bajo el
sol, ni en las saqueadas arcas del Estado.
Igualmente se ha
producido la habitual guerra de encuestas, y en éste aspecto la
semana pasada en la prensa nacional se produjo una borrachera de
estadísticas, que hizo resbalar a dos periódicos de circulación
nacional, con las consecuencias ya por todos conocidas; dejando
como aprendizaje que las encuestas son artículos que deben
consumirse con moderación.
Pero hay algo
novedoso en todo éste asunto, y el mismo viene desde el exterior a
través de otra borrachera, pero de cables de agencias noticiosas
internacionales, así como también por parte
de CNN. En éste caso la rasca se produce como consecuencia de la
subida vertiginosa del barril de petróleo – 45 $/barril cotización
del martes 10 de agosto en New York –.
Pero al parecer no
solamente el vértigo del precio del crudo, produce desvaríos,
también tiene mucho que ver en la redacción de estos cables la
ignorancia y los a priori de muchos analistas de las
finanzas internacionales.
“El mercado petrolero
desea una arrolladora victoria del presidente Hugo Chávez, en el
controvertido referéndum del domingo próximo”. AFP, martes 10 de
agosto 2004.
"El mercado petrolero
está convencido que si el presidente Chávez gana, las compañías
petroleras extranjeras, se verán incentivadas a regresar al país e
invertir. La opinión es que si Chávez gana, ello podría producir
un período de estabilidad política indispensable para las
inversiones, y se abriría así un camino para la subida de la
producción de Venezuela » señalaba David Thomas, analista del
Commerzbank.
Sin
duda que ciertos analistas no entienden – ni se esfuerzan mucho –
el hecho que Venezuela a pesar de ser la única democracia en el
seno de la OPEP, ha sido desde siempre un surtidor seguro y
consecuente con su principal cliente los Estados Unidos; dejan
entrever estos analistas, sin rubor alguno, que siempre será, tal
y como rezan la tradición y la costumbre, más fácil negociar con
un sátrapa petrolero, que con una democracia petrolera.
Olvidan – o
desconocen - estos analistas cara pálida, que durante 40 y pico de
años de democracia en Venezuela, se solidificó una importante
industria petrolera, así como también se constituyó la empresa
PDVSA, la cual hasta la llegada de Hugo Chávez al poder era una de
las primeras en el mundo.
Así las cosas, otro
de estos sesudos analistas, de esos que CNN nos muestra rodeado de
libros, para transmitirle al televidente la imagen de que el
entrevistado es un hombre faculto, y en consecuencia serio y
acucioso en sus comentarios, señalaba: “ podría haber
problemas si Chávez gana el referéndum y los empleados petroleros
deciden ir a la huelga” ; el analista en cuestión puede que sea un
reemplazante que le está haciendo las vacaciones al titular del
puesto, o puede que sea un operador ignorante en grado
superlativo, que trabaja para alguna casa de bolsa norteamericana.
Puesto que alguien que declara de esa manera, puede que le hayan
pagado para decir lo que dijo, o puede que para diciembre del
2002, no había nacido, y en consecuencia desconoce que para la
fecha la nueva PDVSA botó a todos los empleados que se oponían al
gobierno de Chávez, razón suficiente para que, de ganar Chávez el
referéndum, el riesgo de huelga en la industria petrolera sea
mínimo.
En fin, a pesar de la
estupidez de cierta gente, estoy seguro que una vez más el
democrático – pero descuidado - pueblo venezolano, votará
masivamente el próximo domingo convencido, de forma reiterada e
indiscutible, que lo mejor para Venezuela será revocarle el
mandato presidencial a Hugo Chávez. Dándole de esa forma no solo
una lección a cualquier otro pichón de dictador que pretenda tomar
el poder; sino enseñándoles también a los traficantes de
encuestas, a las agencias noticiosas que durante el asueto
veraniego dejan traslucir cierto espíritu fútil y a los analistas
y corredores de bolsa chupapetróleo, que Venezuela seguirá siendo
una democracia petrolera.
