Inicio | Editor | Contáctenos 
 

Paraguay en la encrucijada chavista
por Edgar C. Otálvora
viernes, 18 abril 2008

El domingo 20 de abril se realizan elecciones en Paraguay que podrían convertir a ese pequeño país en un nuevo eslabón de la izquierda latinoamericana. El candidato que obtenga la mayoría simple de votos será el nuevo Presidente del país guaraní y las encuestas muestran una cerrada pugna entre tres opciones, una de ellas de potencial rompe institucional.

La mesa está servida y las opciones son contrastantes. La señora Blanca Ovelar se presenta a nombre del histórico Partido Colorado. El general Luis Oviedo representa la reacción desde el centro-derecha contra el largo mandato colorado. El obispo (suspendido de funciones) Fernando Lugo alza banderas de reivindicación popular y promete profundos cambios sociales. Repitiéndose un fenómeno que ha cundido en la región en los últimos años, la campaña electoral ha estado minada de aspectos y temas extranjeros. La alta gravitación de Paraguay hacia Brasil, hizo que el eventual apoyo de Lula da Silva a alguno de los candidatos fuera uno de los temas relevantes. A su vez, la figura de Hugo Chávez se hizo presente hasta en cartelones de propaganda que buscaban resaltar la vinculación entre Lugo y los gobiernos de Venezuela y Bolivia. Tanto Caracas como La Paz reaccionaron airadas y oficialmente rechazaron que a sus presidentes se les vinculara con la candidatura del obispo Lugo y con la mácula de la palabra “conflicto”.

Colorados y Oviedo

El miércoles en la noche, los colorados realizaron su concentración de cierre de campaña. El presidente Nicanor Duarte quien ha participado activamente en la campaña, se dirigió a los presentes. En uno de los apartes de su discurso, y refiriéndose a la alianza que promueve la candidatura de Lugo, afirmo: “esta alianza que les pide socorro a líderes sindicales argentinos fracasados, venales y corruptos no podrá con nosotros”. Para luego señalar que “no van a venir bandidos de Ecuador, Venezuela o Colombia a querer dictarnos cátedra de democracia”.

Las encuestas señalan que el enemigo a vencer sería Lugo, a juicio del oficialismo. Por ello los ataques más cerrados no se producen contra Oviedo, sino contra el cura alzado contra el sistema. Las palabras de Duarte durante la clausura de la campaña de la ex ministra Blanca Ovelar, retrataron lo que es uno de los puntos en los cuales se han basado los ataques contra Lugo: sus vinculaciones con la izquierda radical identificada en Chávez, el boliviano Evo Morales y las Farc. En las últimas horas, el gobierno incluso advirtió sobre el ingreso de “agentes” venezolanos y ecuatorianos que tendrían como misión crear focos de violencia luego que se conozcan los escrutinios electorales. Los colorados sostienen que su candidata ganará y la izquierda radical se apresta a desconocer esos resultados.

Por su parte el general Lino Oviedo, recordado por su intento de golpe de 1996, se presenta como la opción en contra del continuismo colorado, pero como la carta para bloquear el ascenso de la izquierda.

Obispo a su pesar

Fernando Lugo, quien ejerciera hasta el año pasado su apostolado como obispo, es la figura central de las elecciones paraguayas. Para bien o mal, su imagen ha sido tomada por los medios internacionales quienes se muestran el proceso electoral como un torneo de todos contra Lugo. La Alianza Patriótica para el Cambio, es una verdadera sopa de letras de partidos, que se han concentrado alrededor de la imagen del cura rebelde de Lugo. Sus ofertas electorales incluyen la renegociación con Brasil y Argentina de los negocios de generación eléctrica conjuntos, buscando subir los ingresos de divisas del país. Por otra parte, Lugo está ofreciendo una reforma agraria que amenaza con paralizar el boom paraguayo de la soja, en el cual los inmigrantes brasileños juegan un papel relevante. Pero lo sustantivo de la oferta de Lugo reside en poner fin a la continua hegemonía colorada. Un cambio de actores políticos es lo que está ofreciendo Lugo.

Pese a sus deseos de renunciar a su condición eclesiástica, el Vaticano negó su petición Inicialmente la izquierda presentó este hecho como un intento vaticano para frenar a Lugo ya que siendo sacerdote estaría legalmente impedido para presentar su candidatura. El Vaticano optó por expedir una suspensión a divinis a Lugo lo cual le facultó para postularse por ya no estar en ejercicio sacerdotal. De ganar Lugo, el Vaticano tendría un obispo “congelado” como jefe de Estado en Paraguay. De perder, Lugo podría regresar a sus funciones en la Iglesia.

Lugo ha negado sus relaciones con las Farc y con los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Su condición de cura seguidor de la Teología de la Liberación, sin embargo, lo hace un candidato a convertir su gobierno en un aliado del Eje La Hababa-Caracas. Las simpatías hacia Lugo por parte de la izquierda bolivariana son públicas y su puente con el chavismo pareciera concretarse a través de organizaciones argentinas.

Brasil en el medio

Lula da Silva ha recibido a los candidatos paraguayos, todos ellos deseosos de poder mostrar la bendición brasiliense como parte de sus méritos. El primero de ellos fue Oviedo, quien no oculta sus simpatías por Brasil y presentó un plan para trabajar conjuntamente en el seno del Mercosur. Su visita fue ampliamente difundida incluso por la agencia oficial brasileña, y varias fotos con Lula, departiendo en una sala de estar dentro del Palacio de Planalto fueron tomadas por la ocasión. El paso de Lugo por Brasilia a principios de abril fue distinto, y la prensa lo siguió con expectativas. Su discurso antibrasileño contrasta con la proximidad ideológica con el gobernante Partido de los Trabajadores brasileño. En manga de camisa entró Lugo a Planalto y a su salida mostró un tono conciliador en sus reclamos contra Brasil. Lugo fue objeto de un recibimiento especial por la cúpula del PT, con lo cual el obispo si bien no fue ungido por Lula si lo fue por el partido del Presidente. Para Brasil la decisión no es fácil. Lugo amenaza con convertirse en un foco de perturbación política en las proximidades de Brasil, afectando aspectos geopolíticos. Además, de cumplirse la oferta electoral de Lugo, decenas de miles de brasileños asentados en zonas rurales de Paraguay podrían ver afectados sus intereses. Y así como Evo Morales impactó en la yugular energética de Brasil alterando las reglas del mercado del gas, Lugo se propone tocar intereses brasileños en cuanto a la energía eléctrica. Pero pese a las consideraciones económicas, al menos dentro del gobierno Lula existe una clara simpatía por el obispo paraguayo que podría convertir al Mercosur en un mar unicolor. En todo caso, Lula intentaría que Lugo bailara samba y no joropo venezolano.

 *

  Artículo publicado originalmente en e semanario Zeta, edición del 18 abril 2008


© Copyright 2007 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.