Chávez metió a Venezuela en el mapa de los potenciales escenarios de guerra. Según información divulgada esta semana por Caracas, durante el mes de noviembre se realizarán maniobras militares navales en aguas del Caribe, con participación de navíos rusos y venezolanos. La acción tiene todas las características de un acto de medición de fuerzas por parte de Rusia, para demostrar su disposición de ingresar en aguas tradicionalmente bajo control de EEUU.

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El primer impacto real en Latinoamérica de la guerra de Rusia contra Georgia sería la ampliación de la capacidad bélica del gobierno venezolano. Sectores militaristas rusos directamente relacionados con el aparato bélico industrial de ese país, habrían logrado allanar el camino para que el Kremlin venda a Hugo Chávez un sistema de defensa antiaéreo con capacidad más allá de las fronteras venezolanas.

El armamentismo bolivariano pareciera que se logrará colar en medio de la crisis internacional abierta por la guerra de Georgia con Chávez sumando nuevas y potentes herramientas a su arsenal.

Esta conclusión se desprende del anuncio que Chávez hizo el 31 de agosto del 2008, cuando afirmó en su programa dominical de TV, que Venezuela contará con un sistema de defensa antiaéreo con alcance de 200 kilómetros. En términos de su capacidad como sistema de defensa se trata de uno de largo alcance. Conceptualmente se refiere a un sistema de defensa estratégico. Un sistema que ningún otro país latinoamericano posee ni se ha propuesto adquirir, hasta donde se sabe.

Sin que se conozcan más detalles, analistas militares consultados consideran que Rusia estaría por proveer a Chávez un sistema denominado Antey-2500, capaz de abatir aviones y misiles a distancias de 200 kilómetros.

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Al igual que Irán, el gobierno venezolano ha venido insistiendo ante Moscú para la compra de un sistema de defensa de largo alcance. En el caso iraní, el gobierno Putin habría mantenido reservas a esa venta como parte de un acuerdo tácito con Israel. El apoyo de Israel al gobierno de Georgia y sus vínculos con países rebeldes ante Moscú, llevaron a que Rusia amenazara en agosto pasado públicamente, con dejar sin efecto el pacto que limitaba sus ventas bélicas a enemigos del estado judío.

En el caso venezolano, la renuencia rusa en el 2007 a proveer un sistema de defensa de largo alcance habría tenido que ver con su poca disposición a confrontar a EEUU en tierras latinoamericanas. De ser cierta la información ahora anunciada por Chávez, Rusia habría cambiado de posición y se dispone a alterar drásticamente el equilibrio bélico entre los países de la región.

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A principios del 2007, Venezuela y Rusia formalizaron el negocio por un sistema de defensa antiaérea de corto-mediano alcance, denominado TOR. Eran los días cuando Chávez se jactaba de poder derribar aviones del Imperio hasta a 70 Km de distancia. Se trata de un sistema ruso que acababa de ser suministrado a Irán y que está en manos de varios países incluyendo algunos aliados actuales de Israel y EEUU.

En aquel entonces, la prensa internacional calculó en US$ 300 millones la erogación venezolana por este concepto. El TOT que ya posee Venezuela y el Antey-2500 que ahora compraría y cuyo costo es un mil millonario secreto, son ofrecidos por Rusia como un combo, un sistema acoplado de defensa antia-aérea. Al aparato defensivo que está construyendo Chávez se le agregan los radares chinos y el escuadrón de aviones rusos Su-30, amén de misiles de origen iraní. Pese a los constantes desmentidos oficiales, debe suponerse que el satélite de fabricación china que Venezuela pondrá en órbita en breve, también formará parte del sistema de alerta del sistema de defensa antiaérea. Esta sofisticada estructura bélica contrasta con las crecientes debilidades venezolanas en áreas críticas como alimentos y generación eléctrica.

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En medios militares globales, se da como un hecho que Israel cuenta con la tecnología para hacer inoperante el sistema TOR comprado por Venezuela. Durante la incursión israelí sobre territorio sirio en septiembre del 2007, para atacar un objetivo nuclear aún no identificado, la aviación israelí habría logrado “enceguecer” la defensa siria basada en el sistema ruso. El hecho de que Israel ya posea esta capacidad para evadir el sistema que Venezuela compró y estaría desplegando, le confiere alta relevancia a la alianza militar que Colombia ha venido fraguando con Israel. Como se recordará, el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, visitó Israel a finales del año pasado. Públicamente del viaje de Santos emanó un acuerdo para la modernización de los aviones de caza colombianos. Pero en medios internacionales se da como un hecho que la definición de Venezuela como un aliado estratégico del gobierno iraní ha llevado a que Israel estreche lazos operativos con el único gobierno suramericano abiertamente opuesto al proyecto de expansión de la revolución bolivariana.

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Nicaragua reconoció la autonomía de Ossetia del Sur y Adjazia, las dos regiones controladas por prorusos y que hasta ahora forman parte de Georgia. La decisión de Daniel Ortega en ese sentido pareciera el primer paso del Eje La Habana - Caracas para un reconocimiento colectivo de las regiones secesionistas. Es posible que se produzca un pronunciamiento conjunto de Cuba, Venezuela y Bolivia en ese sentido, en la línea de apoyo a Rusia que Chávez ha reiterado en recientes discursos.

El tema no deja de tener sus aristas ya que en este momento el gobierno boliviano confronta sus propios problemas ante la creciente fiebre autonomista de las provincias del oeste del país.

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La ayuda militar venezolana a Bolivia continúa. Esta semana se anunció el envío de un nuevo helicóptero militar venezolano para uso del presidente Evo Morales. Hasta ahora el suministro de equipos aéreos y del personal de vuelo y de apoyo en tierra, por parte de Chávez a Morales, carecía de una base legal por cuanto los acuerdos firmados por ambos gobiernos son de carácter general. Esta semana, Venezuela anunció que la entrega de equipos militares a Bolivia no se realiza bajo el amparo de los acuerdos del ALBA, sino bajo los criterios del Sistema de Cooperación entre las Fuerzas Aéreas Americanas (SICOFAA), una organización existente de la década de los años sesenta y que incluye a EEUU.

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Evo Morales visitó Libia e Irán la semana que termina. La impresión de varias cancillerías europeas es que el boliviano se ha convertido en una pieza de la diplomacia de Hugo Chávez, habiendo perdido la novedad y frescura con la que Morales ganara simpatías en su gira mundial de enero del 2006, aun en condición de mandatario electo. El avión que trasladó a Morales hasta Libia e Irán es de matrícula venezolana (YV1495) y le fue suministrado por Chávez. Para llenar espacio en la reducida agenda de Morales, Caracas se vio en la necesidad de inventar una inusual reunión del boliviano con los embajadores de Cuba, Venezuela y Argentina, celebrada en el hotel donde Morales se alojó en Benghazi (Libia).

*	Artículo publicado originalmente en el diario El Nuevo País