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Chávez apoya a Rusia contra EE.UU.
por Edgar C. Otálvora
viernes, 29 junio 2007


La iniciativa de EEUU de construir un escudo de defensa misilística para Europa desató el rechazo del gobierno ruso, quien lo considera como una acción contra su peso geopolítica en Eurasia. Tras reunirse en Alemania en el marco de la Cumbre del G-9, Vladimir Putin y George W. Bush se reunirán nuevamente a fines para buscar un acercamiento.


Chávez apoya a Rusia contra EEUU

En medio de esta situación conflictiva entre Washington y Moscú, Hugo Chávez asomó la posibilidad de reunirse pronto con Putin, en un ejercicio de la máxima del “enemigo de mi enemigo es mi amigo”, afirmación resaltada además por el hecho de que Rusia es el gran proveedor de armamento del actual gobierno venezolano. La diplomacia venezolana comenzó a moverse para lograr una cita con Putin, y la fecha ofrecida por Moscú fue una cercana al viaje del ruso a EEUU para un encuentro con George W. Bush. Chávez debió optar entre asistir a la cumbre presidencial del Mercosur o viajar a Rusia. Los recientes encontronazos con el parlamento brasileño y un creciente distanciamiento con el gobierno de Lula hicieron fácil la elección a Chávez, quien ayer comenzó su quinta visita a Rusia desde que ocupa la Presidencia.

El general (nuevamente en situación de retiro) Alberto Müller Rojas, quien continúa actuando como un cercano asesor presidencial, afirmó que la visita de Chávez a Moscú busca mostrar respaldo a Putin en su enfrentamiento con EEUU. Para algunos se trata de una sobrevaloración del gobierno venezolano sobre su papel internacional. Para otros, es la concreción de un viejo sueño de Chávez de anotarse en la lista de socios estratégicos de Rusia. El propio Müller consultado por Valentina Oropeza de El Nacional, afirmó que “en el mundo existen dos interpretaciones opuestas sobre la distribución del poder”, con el viaje a Moscú “Venezuela está dejando claro de que lado está”. La agenda que Chávez lleva para tratar con Putin incluye temas geopolíticos que pudieran soldar la alianza Caracas-Moscú, donde el manejo mundial del gas pudiera ser uno de los componentes.


Se acaba el proyecto latinoamericano

En su discurso con motivo del Día del Ejército, Chávez se refirió a que Venezuela ya está en guerra. Calificó a esa guerra de global y anunció que todo el Estado venezolano debe prepararse para actuar.

Pareciera que los socios que Chávez ha cultivado en el vecindario no son los más adecuados a la hora de ejecutar una guerra contra EEUU. Brasil, el más poderoso de los países suramericanos, se muestra muy poco interesado en embarcarse en una estrategia de confrontación militar con EEUU. El presidente Lula se muestra más interesado en garantizar el ingreso del jugo de naranja brasileño a EEUU antes que arrancar una carrera armamentista en la región. Argentina, la segunda economía subregional, se hace eco del discurso estratégico militar de Chávez, pero difícilmente posee la capacidad militar o el interés estratégico de convocar a una guerra global contra “el imperio”. Bolivia, Ecuador y Nicaragua son socios menores o satélites de Caracas. Piezas menores en el tablero.

Desde su solicitud de ingreso al Mercosur, Chávez insistió que el mecanismo debía cambiar, para hacerse más “social” y “político”. Siendo el Mercosur básicamente un esquema de libre comercio, hasta ahora Venezuela no ha logrado concretar su ingreso formal. Tampoco ha podido Chávez forzar al Mercosur para que actúe como un bloque político contra EEUU. Así las cosas, pareciera que el “Proyecto Latinoamericano” de Chávez ha llegado a su final. Las enormes erogaciones que el fisco venezolano ha hecho en los últimos ocho años para apalancar el prestigio e influencia de Chávez en Latinoamérica de poco sirven ahora, cuando el país -según el anuncio oficial- está inmerso en una guerra global.


La aventura militarista

El analista político y experto en temas bélicos Aníbal Romero, comentó en su columna del miércoles en El Nacional, una conjetura sobre el esquema militar y de política exterior que Chávez estaría planeando para transformarse en una pieza clave del ajedrez mundial. Haciendo una analogía con la Crisis de los Misiles de 1962, cuando la Unión Soviética colocó cohetes nucleares en Cuba, Romero sugiere que Venezuela pudiera estar planeando actuar como una extensión de Irán en esta parte del mundo.

En un ejercicio de construcción de escenarios, Romero asoma la posibilidad de que los submarinos de fabricación rusa que adquirirá Venezuela puedan ser dotados con armamento iraní. Con ello se extendería el alcance iraní desde el Golfo Pérsico hasta las cercanías de EEUU, dándoles a Chávez y su socio iraní Ahmadinejad herramientas para amenazar efectivamente a EEUU.

La gira que Chávez comenzó ayer incluye a Bielorrusia e Irán. Todo indica que el primero será el proveedor de sistemas de defensa misilistica para ser instalados en territorio venezolano.

Si bien las compras de equipos militares han sido justificadas como parte de un proceso de actualización de la panoplia venezolana, la misma se realiza bajo el argumento de prepararse para un ataque de EEUU. En el mismo sentido se pronunció Fidel Castro, el pasado 17 de junio en una de sus “reflexiones“ desde su convalecencia, cuando afirmó que “continuaremos adquiriendo el material necesario y las bocas de fuego pertinentes”.

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  Artículo publicado originalmente en el diario El Nuevo País


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