El
viaje del presidente Hugo Chávez a Teherán de este fin de
semana, marcará una nueva etapa en la radicalización
internacional del gobierno venezolano.
Se trata de la tercera reunión de Chávez con el presidente
iraní, Mahmoud Ahmadinejad, en lo que va del año 2007.
Aparte de los usuales asuntos de cooperación bilateral, los
dos mandatarios petroleros tienen en agenda un par de temas
con los cuales buscan escalar en su confrontación con EEUU y
amalgamar su propia alianza: jugar a debilitar la moneda
estadounidense e iniciar un desarrollo nuclear en Venezuela.
Aún cuando sólo se queden en declaraciones de ocasión, se
trata de dos temas explosivos. Chávez, ofendido por el chito
del Rey Juan Carlos, está aumentando su apuesta en la mesa
del póquer mundial.
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El afán de Chávez para contar con energía nuclear ya se
había dejado conocer tres años atrás, cuando mencionó que
compraría algunos mini reactores argentinos. Comenzaba el
gobierno de Néstor Kirchner y el venezolano estaba deseoso
de mostrar su generosidad con Argentina. Los reactores
argentinos serían utilizados, teóricamente, para
calentamiento de agua a ser inyectada en pozos de la faja
petrolífera del Orinoco y de esta manera facilitar la
extracción del crudo extrapesado. La negociación por los
aparatos argentinos nunca llegó a concretarse, que se sepa…
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El jueves pasado a pocas horas de subir al avión que lo
llevaría a Arabia Saudita, Irán y Francia, Chávez participó
al país mediante una entrevista de TV, que se proponía
iniciar un programa de generación de energía nuclear. El
anuncio hecho a pocas horas de su encuentro con el
presidente iraní, metió a Venezuela en el conflicto que Irán
mantiene con EEUU y Europa por el programa nuclear cuyas
finalidades pacíficas son puestas en duda por diversos
países.
Las reacciones internacionales se produjeron en cuestión de
horas. La noche del viernes el ministro de relaciones
exteriores alemán, Fran-Walter Steinmeier, desde la puerta
de un restaurante berlinés afirmó a la prensa que la
tecnología nuclear no debe estar en manos “equivocadas”.
Inmediatamente confirmó que, a juicio de Alemania, las manos
de Chávez están en la lista de las “equivocadas”. Steinmeier
dio sus declaraciones minutos antes de encontrarse a cenar
con el canciller español, Miguel Angel Moratinos, a quien le
manifestó el apoyo alemán a España ante los ataques de
Chávez. El gobierno alemán de la señora Angela Merkel, muy
activo para frenar el programa nuclear iraní, pareciera
haber incluido a Chávez como un peligro a la seguridad
internacional.
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La otra bandera que, junto a Irán, Chávez está enarbolando
es el cese del uso del dólar como moneda de referencia para
el mercado petrolero mundial.
El ministro de relaciones exteriores iraní, Manuchehr
Mottaki, secundado por el ministro de Energía y Petróleo de
Venezuela, Rafael Ramírez, intentaron esta semana colocar el
tema en la declaración de la III Cumbre de la OPEP. Arabia
Saudita reaccionó en contra, advirtiendo que no se prestaría
para una campaña contra el dólar.
Según se desprende de diversas declaraciones de Chávez, en
los últimos dos años Venezuela ha ido cambiando la
composición de las reservas internacionales venezolanas y de
los dineros que el gobierno mantiene en divisas al margen
del Banco Central. Alejarse del dólar y preferir depósitos
en euros forma parte de la línea que Chávez ha venido
enunciando y en lo cual coincide con Irán.
Analistas petroleros dan como posible que en breve Venezuela
anuncie una política de desdolarización de sus ventas
petroleras.
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En Chile, mientras Chávez se esmeraba desde su llegada a la
Cumbre en buscar pleito contra España, se celebró
paralelamente la reunión presidencial andina. El hecho pasó
casi desapercibido pese a la relevancia que puede tener para
los países andinos. La situación del reingreso de Venezuela
a la Comunidad Andina fue tratada por los presidentes de
Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia. El gobierno venezolano
habría presentado un conjunto de condiciones para su
reingreso y para mantenerse en la CAN. Esas condiciones que
Chávez calificó de “mínimos” no se han hecho públicas, pero
se trataría de una lista de seis puntos sobre cambios que
Chávez exige en el mecanismo andino.
El mandatario ecuatoriano Rafael Correa, socio ideológico y
beneficiario de ayuda venezolana, se apuró a informar a la
prensa que apoya los cambios exigidos por Chávez. El Perú de
Alan García, con la actitud de Venezuela, tiene ahora una
nueva razón para salirse de la CAN. Mientras tanto Colombia
deshoja margaritas entre aceptar el virtual chantaje de
Venezuela o rechazarlo.
En la práctica, Chávez ha creado una situación límite de
presión sobre los países andinos. En Santiago afirmó que
"Correa, Evo y yo hemos dicho que queremos cambios.
Entonces, si en un año esos mínimos no se han cumplido,
tanto Evo, como Correa y yo, nos vamos de la CAN,
definitivamente". Chávez reingresaría a la CAN para
dinamitarla desde dentro. Es posible visualizar ahora una
CAN sin Perú, con Colombia a la defensiva y, con Venezuela
campeando gracias a su influencia en Ecuador y su control de
Bolivia. Varios periodistas que cubrían la Cumbre en
Santiago se sorprendieron y reseñaron el hecho de que Chávez
reiteradamente hablara en nombre de Ecuador y Bolivia, como
si ejerciera su representación.
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En términos operativos, los andinos acordaron en Chile que
los técnicos de la CAN, junto a los representantes
venezolanos, diseñarían una “hoja de ruta” para el reingreso
de Venezuela. Ese documento sería convertido en un acuerdo a
ser suscrito entre los presidentes de los países miembros
más Venezuela, en algún momento del mes de diciembre. El
plazo de un año dado por Chávez a la CAN comenzaría en
diciembre cuando los mandatarios se reúnan.
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Antes que los temas oficiales de la convocatoria, fueron los
altercados entre jefes de Estado los que marcaron la Cumbre
Iberoamericana de Santiago. Aparte del atajaperros de Chávez
y Daniel Ortega contra los españoles, también la Cumbre fue
escenario para un airado encontronazo entre los presidentes
de Argentina, Néstor Kirchner y su vecino uruguayo, Tabaré
Vásquez. La causa fue la entrada en operación de la planta
productora de celulosa construida por Uruguay en la frontera
común.
Las cumbres Iberoamericanas parecieran que serán objeto de
una reevaluación por diversas cancillerías a ambos lados del
Atlántico, presagiándose que este tipo de eventos
probablemente no vuelvan a realizarse en mucho tiempo.
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Artículo publicado originalmente en el diario El
Nuevo País |