El
lunes, durante su estadía en Jamaica como parte de su gira
anti-Bush, el presidente Hugo Chávez criticó la iniciativa
de los presidentes de EEUU y Brasil, para estimular la
producción y consumo a nivel mundial de etanol. Chávez quien
hasta hace pocos meses atrás promovía el uso de etanol en
Venezuela, alegó que con ello los países hispanoamericanos
estarían usando tierras fértiles, y el agua, para producir
combustibles “para los ricos” en lugar de alimentos.
Fue la continuación de una intensa campaña personal que el
mandatario venezolano está desarrollando desde mediados del
mes de febrero, y que ya comenzó a reflejarse en los medios
estatales de comunicación. La agencia estatal ABN ha
distribuido diversas notas en explicando las razones para
rechazar el etanol por ser un “engendro del odio de Bush
hacia Chávez”. Uno de los canales oficiales de TV (VTV) ya
incorporó esta semana el rechazo al etanol en la pauta de
sus programas de opinión.
En Jamaica, Chávez repitió argumentos “éticos” para oponerse
a la producción de etanol: “Cuando tu le estés llenando el
tanque a un vehículo con etanol estás llenándolo con energía
para la cual se utilizó una cantidad de terreno y de agua
que hubiese sido suficiente para alimentar a siete
personas". Días antes desde Caracas, había calificado de
inmorales a quienes llenan el tanque de su carro con etanol.
Incluso, Chávez anunció desde tierra jamaiquina que “en
cuanto pueda”, le explicará su posición al presidente
brasileño Lula da Silva, para desalentar la producción de
alcohol a partir de la caña de azúcar.
Cuando Chávez quería Etanol
En agosto de 2005, el gobierno puso punto final a la venta
de gasolina con tetraetilo de plomo. La opción para
“oxigenar” el combustible fue agregarle etanol. La nueva
mezcla fue presentada como la opción más ecológica. De aquel
entonces datan las ofertas del ministro Rafael Ramírez,
quien aseguró que los planes de producción de etanol en
Venezuela a partir de caña de azúcar permitirían que el país
fuera autosuficiente en etanol para el año 2012.
El entusiasmo por la producción de etanol por el gobierno
venezolano hizo que Chávez autorizara un plan que
involucraría a Cuba y Brasil, mientras estimulaba a países
del Caribe a meterse en el negocio del etanol . En junio del
2006, Víctor Carrizales, en representación de PDVSA, informó
desde La Habana sobre un acuerdo para construir en Venezuela
15 destilerías de etanol utilizando partes de centrales
azucareras desmanteladas en Cuba. Según la agencia Reuters,
Carrizales ofreció que en febrero del 2007 ya se estaría
produciendo etanol en Venezuela. Aparte de las viejas
plantas cubanas, Venezuela recurriría a tecnología
brasileña.
Pese al optimismo sobre la pronta instalación de plantas, y
dado que ya los carros en Venezuela estaban rodando con
etanol, Pdvsa decidió firmar en agosto del 2006 un contrato
“de largo plazo” de suministro de etanol por parte de la
brasileña Petrobras. El contrato reflejaba lo pactado por
Chávez y Lula da Silva en febrero del 2005 cuando firmaron
en Caracas el Acuerdo de “Alianza Estratégica”
Brasil-Venezuela. En aquella ocasión Chávez afirmó ante Lula
que “nosotros necesitamos 30 mil barriles diarios de
etanol”. Brasil que ha desarrollado tecnología para utilizar
alcohol en los vehículos, y para producirlo a partir de
caña, encontró en Chávez un buen cliente para su nuevo
producto de exportación.
Pdvsa se orientaba hacia el etanol
Dado el alto interés de Chávez en la implantación del etanol
en Venezuela, Pdvsa anunció en el 2006 la creación de una
empresa que se dedicaría exclusivamente a producir ese
alcohol. Nacía “Etanol de Venezuela” con el propósito de
meter a Pdvsa en el negocio de convertir caña en gasolina.
La nueva subsidiaria inicialmente comenzó a operar como una
gerencia anexa a la vicepresidencia de Refinación de la
estatal.
En noviembre, el ministro Ramírez anunció que Pdvsa ya había
financiado los estudios de factibilidad de futuras áreas de
cultivo de caña, para plantar hasta 276 mil hectáreas
destinadas a la producción de etanol. El propio Ramírez
viajó a La Habana a principios de este mes, para participar
en la VII reunión de la Comisión Mixta Intergubernamental
Cuba-Venezuela. En el acto final del encuentro, en presencia
de Raúl Castro, Ramírez firmó un acuerdo para contratar
servicios cubanos para la construcción de 11 plantas de
destilado de etanol.
El programa, según los firmantes, “forma parte de los
empeños conjuntos por preservar el medio ambiente, reducir
el consumo de combustibles fósiles y fomentar fuentes
alternativas de energía. El alcohol obtenido de la caña de
azúcar “será empleado en la mezcla para la producción de
gasolina, con probadas ventajas económicas y ambientales”,
según informó Europa Press.
¿Y ahora?
Desde que se anunció el etanol como el centro de una alianza
a concretarse en la visita de George W. Bush a Brasil,
Chávez cambió su opinión sobre su producción y uso.
Todo el parque automotriz venezolano depende ahora, por
decisión de Chávez, del etanol, pero ahora al mandatario no
le gusta el producto. El esquema energético venezolano está
pendiendo del capricho del Presidente. Ninguna fuente
oficial se ha pronunciado sobre la continuidad o suspensión
del uso de etanol en el país y de los programas en los
cuales ya Pdvsa ha gastado importantes recursos.
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Artículo publicado originalmente en el diario El
Nuevo País |