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Rumbo de colisión
por Eli Bravo  
jueves, 10 julio 2008


El próximo gran conflicto global está en movimiento. En el radar de la geopolítica, Irán es una luz roja que podría estallar en una guerra incierta y peligrosa. Con el débil gobierno iraquí ganando confianza en sus capacidades y pidiendo un cronograma de retiro de las tropas estadounidenses, Afganistán convertido de nuevo en un frente de batalla y Pakistán fungiendo de refugio para islamistas radicales, la reciente prueba misilística iraní y los ejercicios militares israelíes son leña para un fuego que hace rato dejó de ser lento: esas bombas están haciendo tic-tac.

La avanzada de sanciones por los EEUU y la Unión Europea es la primera fase de un caso que gana fuerza contra el programa nuclear de Teherán. En este ajedrez los actores toman partido y algunos protagonistas como Rusia y China comienzan a matizar sus posiciones. Todavía no existe un acuerdo global de cómo lidiar con este conflicto y posiblemente jamás existirá, pero la seriedad del asunto esta impulsando las pasiones hacia un solución que puede llevar a que alguien pulse el botón equivocado. Ya en el Congreso de los EEUU el discurso esta en ebullición y el próximo presidente heredará una papa caliente que Obama o Mc.Cain se comerán de maneras muy diferentes.

El precio del crudo es el combustible para estos trenes en rumbo de colisión. Una interrupción en el estrecho de Ormuz es una amenaza real y los EEUU sienten pánico ante un recorte de suministro. En medio de esta coreografía el nombre de Venezuela adquiere peso: el crudo venezolano se hace vital en tiempos cuando el país no es un proveedor seguro para Washington. Da escalofríos escuchar al Departamento de Estado listando a Venezuela junto a Bielorrusia y Cuba como los grandes aliados de Irán.

¿Viene una guerra? ¿Se abrirá un diálogo entre Washington y Teherán? El congresista Ron Paul, un peculiar republicano que no sigue la línea partidista, declaraba que buscar una guerra con Irán por lo que podrían hacer con su uranio enriquecido es un camino tan equivocado como lo fue invadir Irak. Pero creer que la industria nuclear iraní tiene fines pacíficos requiere un ejercicio de ingenuidad y el gobierno de Ahmadinejad no inspira mucha confianza cuando habla de borrar del mapa a Israel. Sobre todo cuando en su barrio todos los vecinos tienen un arsenal nuclear.

Estos son los tiempos cuando la diplomacia puede servir para algo. O servir la mesa para otra aventura militar. Y este planeta no necesita más explosiones.

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 

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