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Par de lenguas 
por Eli Bravo  
viernes, 8 agosto 2008


The United States of America está cambiando su forma de hablar. Especialmente de abajo hacia arriba. Cada vez hay más niños que sienten el español como algo tan natural como la mantequilla de maní. O quizás debería decir como la mermelada que la acompaña, a fin de cuentas, y en esto me falla la objetividad, el inglés puede ser proteico y sustancioso, pero el español es una lengua dulce y refrescante. Atrás quedaron los tiempos cuando Terminator balbuceaba hasta la vista, baby. Hoy en día el país bilingüe crece ante los ojos, y oídos, de una nueva generación.

Los medios de comunicación han favorecido mucho este mestizaje. Desde Dora la Exploradora y su ¡Come on, vámonos! hasta el cantante Dan Zane mascullando la salsa El Pescador en su nuevo disco ¡Nueva York!, el acceso que los chicos le tienen al español es cada vez mayor. Es un proceso indetenible, sobre todo si consideramos que buena parte de las niñeras en este país son hispanas y así con el tetero van también las primeras palabras. Para los niños que nacen en Estados Unidos el español no será su lengua materna, pero tampoco será una lengua extranjera.

La hispanización de la sociedad norteamericana es un fascinante experimento de integración. Un fenómeno que ocurre gracias al dinamismo, la apertura y la tolerancia que va ganando terreno en este país que funciona como laboratorio de las libertades individuales y de las minorías. A pesar de la resistencia al cambio y un nacionalismo disfrazado de patriotismo, poco a poco los Estados Unidos está reconociendo y aceptando su diversidad para convertirla en un caudal de riqueza cultural. El hecho de que esté creciendo una generación capaz de dominar más de un idioma es un avance importante. No es asunto de invasión, sino de expansión. Y de adaptarse a las realidades.

Hace rato que el español salió de los ghettos urbanos para convertirse en tributario del mainstream. Ya no es exótico sino simbiótico. No se queda en la clase trabajadora sino que se abre camino en la elite. Y como onda expansiva que narra una explosión poblacional, el español va echando raíces en el futuro y para muestra las cifras del censo : cada día nacen más niños hispanos que anglosajones. Para ellos un par de lenguas será parte de su herencia.

Por último, inútil decirlo, cuando dos lenguas comparten espacio ocurren cosas maravillosas.

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 

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