¿Cuáles
son las razones para emigrar? Casi todas las familias
tienen la historia de alguien que un día tomó un caballo,
un vapor, un tren o un avión para buscarse la vida en otra
parte, muchas veces con la única esperanza de que allá
estaría mejor. Algunos salieron porque la vida que
llevaban en su tierra natal no la consideraban vida, otros
porque seguir vivos dependía de cruzar la frontera y
escapar. Mi bisabuelo salió de Líbano para no tener que
sufrir las humillaciones del Imperio Otomano. Yo aterricé
en Miami con la ilusión de trabajar en la televisión
continental. Para ambos fue una sorpresa del destino
escuchar a nuestros hijos hablando un nuevo idioma. Él
jamás regresó a Beirut y sus huesos están enterrados en
Valencia. Yo vuelo por lo menos una vez al mes a Caracas y
quisiera pensar que mis cenizas serán regadas en Choroní.
En este instante puede que más
de un conocido esté jugando con la idea de hacer maletas y
no son los únicos: actualmente existen 192 millones de
personas viviendo fuera de sus países de origen y la cifra
crece al 3% anual. Uno de cada 35 humanos en el planeta es
un inmigrante y la globalización solo acelera este flujo
que está cambiando los mapas nacionales con su influencia.
Miami es el mejor ejemplo, basta salir a la calle para
comprobar que el melting pot hierve en todo su calor.
Estos son tiempos de mudanza
en Venezuela. En los últimos meses he recibido más de una
llamada exploratoria para “tantear las aguas” y mi
respuesta es siempre la misma: la experiencia del
inmigrante solo la conoce quien la vive, y cualquiera sean
tus razones, debes estar seguro que no solo te mudas de
país. También mudas tu vida, casi siempre para empezar de
nuevo.
La pasada semana asistí en
Caracas a la despedida de unos amigos que partían rumbo a
Europa, él tomando de vuelta la ruta que hizo su padre,
ella con el consuelo y la esperanza de ofrecerle a sus
hijos un futuro mejor. Dos días después me llamó otro
amigo quien me confesó “acá en Venezuela todavía se gana
buen billete, pero quisiera pedirte una carta de
referencias para ir preparando los papeles”. Tengo en mi
escritorio varios demos y curriculum de colegas. Dicen que
en cada avión que aterriza en Miami hay cuatro venezolanos
que se quedan.
Y así sigue girando la rueda,
cada quien con sus razones. Un país de inmigrantes que
ahora despide a los emigrantes. Cada quien con su historia
y sus esperanzas.
ebravo@unionradio.com.ve