Las
montañas de Davos lucen distintas estos días. El clima no
tiene precisión suiza y la nieve pareciera estar de
vacaciones, lejos de este exclusivo centro de esquí. Para
los habitués del Foro Económico Mundial las colinas
despejadas son el recordatorio de que el calentamiento
global es un fenómeno que no espera por declaraciones,
cumbres y encuentros. O deciden ahora, o lo sufriremos
para siempre.
Para muestra, un botón:
Austria está experimentando su invierno más cálido desde
que se iniciaron los registros en 1768 y el año pasado fue
el quinto más caliente en la historia suiza. La Oficina
Meteorológica Británica apuesta en un 60% que 2007 romperá
todos los record de temperatura y según Gallup los líderes
en Davos consideran el calentamiento global la segunda
prioridad en su agenda. La primera es conservar los
actuales márgenes de ganancias. A fin de cuentas, Davos es
una cumbre para hablar de negocios.
Pero no existe mejor inversión
que evitar una catástrofe y por ello la Unión Europea
arrancó el año proponiendo reducir en 20% sus emisiones de
dióxido de carbono para 2020. Un grupo de CEO
estadounidenses, que incluye a las 10 principales empresas
del país, firmaron hace días una solicitud para que EEUU,
el principal emisor mundial, haga algo por el estilo.
También crece la presión para que los países en desarrollo
colaboren. China esta de segundo en la lista de emisores,
pero sus oficiales en Davos se defienden argumentando que
mientras el estadounidense promedio consume 28 barriles de
petróleo anuales, los chinos despachan solo un par. Pero
si pensamos que entre China e India suman 2.3 millardos de
habitantes y sus economías crecen sobre el 9% anual, es
cuestión de tiempo para que esa maquinaria achicharre al
planeta con sus chimeneas.
Esta semana George W. Bush
retó a su país a reducir en un 20% el consumo de gasolina
en la próxima década, asunto que tiene más que ver con la
independencia energética que en la ecología, pero al menos
mencionó el calentamiento global en su discurso del Estado
de la Unión. Mientras tanto Al Gore celebró en Idaho las
dos nominaciones al Oscar que recibió “Una verdad
incómoda”. Este año prefirió no ir a Davos: hace dos años
estuvo allí para recordarle a la élite mundial lo que nos
espera, y en aquella oportunidad, había mucha nieve.
ebravo@unionradio.com.ve