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Davos heat 
por Eli Bravo  
jueves, 25 enero 2007



Las montañas de Davos lucen distintas estos días. El clima no tiene precisión suiza y la nieve pareciera estar de vacaciones, lejos de este exclusivo centro de esquí. Para los habitués del Foro Económico Mundial las colinas despejadas son el recordatorio de que el calentamiento global es un fenómeno que no espera por declaraciones, cumbres y encuentros. O deciden ahora, o lo sufriremos para siempre.

Para muestra, un botón: Austria está experimentando su invierno más cálido desde que se iniciaron los registros en 1768 y el año pasado fue el quinto más caliente en la historia suiza. La Oficina Meteorológica Británica apuesta en un 60% que 2007 romperá todos los record de temperatura y según Gallup los líderes en Davos consideran el calentamiento global la segunda prioridad en su agenda. La primera es conservar los actuales márgenes de ganancias. A fin de cuentas, Davos es una cumbre para hablar de negocios.

Pero no existe mejor inversión que evitar una catástrofe y por ello la Unión Europea arrancó el año proponiendo reducir en 20% sus emisiones de dióxido de carbono para 2020. Un grupo de CEO estadounidenses, que incluye a las 10 principales empresas del país, firmaron hace días una solicitud para que EEUU, el principal emisor mundial, haga algo por el estilo. También crece la presión para que los países en desarrollo colaboren. China esta de segundo en la lista de emisores, pero sus oficiales en Davos se defienden argumentando que mientras el estadounidense promedio consume 28 barriles de petróleo anuales, los chinos despachan solo un par. Pero si pensamos que entre China e India suman 2.3 millardos de habitantes y sus economías crecen sobre el 9% anual, es cuestión de tiempo para que esa maquinaria achicharre al planeta con sus chimeneas.

Esta semana George W. Bush retó a su país a reducir en un 20% el consumo de gasolina en la próxima década, asunto que tiene más que ver con la independencia energética que en la ecología, pero al menos mencionó el calentamiento global en su discurso del Estado de la Unión. Mientras tanto Al Gore celebró en Idaho las dos nominaciones al Oscar que recibió “Una verdad incómoda”. Este año prefirió no ir a Davos: hace dos años estuvo allí para recordarle a la élite mundial lo que nos espera, y en aquella oportunidad, había mucha nieve.


ebravo@unionradio.com.ve 

 
 

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