Inicio | Editor | Contáctenos 
 
 

Soñar con el acto 
por Eli Bravo  
jueves, 20 septiembre 2007


Para decenas de miles jóvenes el sueño americano es una pesadilla. Cada año unos 65 mil estudiantes se gradúan de secundaria para descubrir que se les acabó el camino: como sus padres cruzaron la frontera sin papeles y los trajeron a cuestas cuando apenas eran unos niños, ahora son ilegales que no pueden entrar al college o la universidad. Es así como un joven que ha crecido en los Estados Unidos totalmente adaptado a esta cultura se ve obligado a cortar su carrera académica y permanecer en las sombras. No puede estudiar, no puede trabajar, no tiene derechos. Puede haber sido el mejor de su clase, pero sin documentos, pasa a ser el último de la fila.

La inmigración es un complejo asunto, víctima de generalizaciones maniqueas. Con la etiqueta de “amnistía para ilegales” los sectores más reaccionarios de EEUU están mutilando el desarrollo de jóvenes que se sienten tan estadounidenses como cualquiera de sus compañeros, y que además, son capaces de hacer un trabajo que el país necesita. Todo a causa de un papel. Y de la ceguera. Ellos no escogieron la ilegalidad: fueron traídos por sus padres quienes cometieron un delito migratorio, pero el castigo no les debe ser transferido, especialmente si tienen un excelente record académico y de conducta.

En esta sesión del Congreso se busca una vez más la aprobación del Dream Act, la ley que permitiría a estos alumnos obtener una residencia temporal para culminar sus estudios y posteriormente, de acuerdo a sus antecedentes y resultados, optar por un status legal. Una ley sencilla que permite a buenos estudiantes construir sus vidas en el país que ya les pertenece, porque estos chicos no tienen otra nación sino la que los ha visto crecer. Incluso, la que pueden servir, pues el Dream Act beneficia a aquellos estudiantes que se enrolen en el servicio militar.

Estados Unidos está en una carrera por mantenerse al frente de las naciones desarrolladas, y eso solo es posible estimulando la educación y los sueños de sus individuos. Cerrarle las puertas a jóvenes con hambre de éxito y realización es un pasaporte al fracaso. Por eso el Congreso y millones de estadounidenses deben entender que aprobar el Dream Act es ganancia para todos, especialmente para los que sueñan con el acto de graduación, y ponen todo su esfuerzo en alcanzar ese día.

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 

© Copyright 2007 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.