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Diplomacia y dólares 
por Eli Bravo  
jueves, 15 marzo 2007



Tarde y con lentitud, la crisis humanitaria en Darfur sube unos peldaños en la agenda de Naciones Unidas. Al asumir su cargo como Secretario General, Ban Ki Moon anunció que el genocidio en esta región al oeste de Sudán sería una de sus prioridades y esta semana una misión de derechos humanos de la ONU acusó al gobierno sudanés de orquestar y participar en crímenes de guerra en la zona. Se calcula que más de 200 mil personas han muerto y al menos 2 millones han sido desplazadas desde que la guerra civil en Darfur se transformó en una limpieza étnica contra sudaneses negros que el gobierno viene realizando a través de las milicias árabes janjaweed.

Finalmente las cosas comienzan a ser llamadas por su nombre. El pasado 27 de febrero en La Haya el Fiscal General del Tribunal Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo, acusó al ex ministro de interior sudanés y actual ministro de Asuntos Humanitarios, Ahmed Aroum, de crímenes de lesa humanidad por organizar y conducir al janjaweed. El líder de estas milicias, Ali Kushayb, también fue acusado.

Para el presidente sudanés Omar Al Bashir esta es una sucia campaña internacional en contra de su gobierno por instancias que “desean imponer soluciones que irrespetan la dignidad nacional”. Hasta ahora, es poco lo que la comunidad internacional ha logrado en el terreno para detener el genocidio: los cascos azules no pueden entrar a Sudán y el gobierno ha negado las visas a muchos observadores y funcionarios de la ONU. Apenas unas 7 mil tropas de la Unión Africana, pobremente armadas, intentan contener la situación.

Un frente de presión internacional que ha ganado terreno en los últimos meses es el económico. Varios empresarios, fondos de pensiones e incluso los estados de Texas y California han retirado dinero o vendido acciones de compañías que hacen negocios en Sudán. Próximamente los accionistas de Berkshire Hattaway, el holding manejado por el magnate Warren Buffet, decidirán si venden o no su participación en PetroChina como una manera de presionar a la empresa por sus lazos con el gobierno de Al-Bashir, y es que la economía del país depende de las ventas petroleras y los chinos tienen las mayores inversiones en la nación. Casualmente, China es el protector de Sudán en el Consejo de Seguridad de la ONU. Para Beijing, negocios son negocios.


ebravo@unionradio.com.ve 

 
 

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