Si
alguna vez se ha preguntado qué clase de mundo le
dejaremos a nuestros hijos basta escuchar las voces que
llegan desde Bali en la reunión de la ONU sobre Cambio
Climático. Las señales están allí, el discurso no es
nuevo: el fenómeno está ocurriendo y si no tomamos las
medidas necesarias en 50 años estaremos con el agua al
cuello. Literalmente. Para los niños, niñas y adolescentes
el panorama será peor, a ellos les llegará hasta la
coronilla.
Mientras los científicos
coinciden en las causas y consecuencias de esta
emergencia, los gobiernos se mueven con lentitud hacia un
acuerdo, jugando a proteger sus economías, y en el caso de
Estados Unidos y China, a ganar tiempo. Tiempo que no
tienen los más jóvenes, a quienes les tocará vivir en un
planeta convulsionado por sequías, migraciones masivas,
guerras por el agua, inundaciones, enfermedades y
hambrunas. No es el Apocalipsis, es la consecuencia de
nuestro desarrollo.
Los chicos no se quedan
callados. En el marco de la Asamblea General de la ONU
donde se analizan los avances de los últimos cinco años
para hacer de este mundo un lugar más apropiado para la
infancia, UNICEF presentó una publicación que describe las
preocupaciones de los niños frente al Cambio Climático.
Preocupaciones reales: según la OMS una cuarta parte de
las muertes en el planeta ocurren por causas
medioambientales, cifra que sube a una tercera parte
cuando hablamos de menores de 14 años. Si bien la
humanidad ha logrado reducir las tasas de mortalidad
infantil y en los últimos 5 años el número de niñas y
niños sin educación ha disminuido en más de 20 millones,
todavía hay un reto muy grande para revertir los efectos
del Cambio Climático: 175 millones de pequeñines estarán
en peligro durante la próxima década a causa de climas
extremos y desastres naturales.
Como dijo a los adultos la
joven guyanesa Greer Jackson, de apenas 11 años, en la
presentación de esta publicación de UNICEF “ustedes tienen
la responsabilidad de hacer de este mundo un lugar donde
podamos vivir. No es posible hacer dinero destruyendo
nuestro ambiente. Esta no es una petición, es una demanda:
es su responsabilidad salvar nuestro mundo”
¿Escucharon, distinguidos
burócratas del planeta? A la hora de negociar el acuerdo
que sustituya el Protocolo de Kyoto, piensen en sus hijos.
ebravo@unionradio.com.ve