El
tema de mayor impacto tras las elecciones del 3 de diciembre
en Venezuela, fue el anuncio por el presidente de la
República de la creación de un partido único, además,
socialista.
La relación mimética que
mantiene la “revolución bolivariana” con la cubana es un
hecho admitido. Vale la pena entonces dar una mirada a la
evolución que condujo a Cuba a la creación de un partido
único y comunista que a todas luces, tras la desaparición de
la dictadura mesiánica de Fidel Castro, regirá los destinos
futuros del país, por supuesto, bajo las directivas de las
Fuerzas Armadas y de las del Ministerio del Interior, los
dos estamentos de donde emana el poder real del Estado
cubano.
Fidel Castro considera a José
Martí como un precursor, porque según él, antes que Lenin
organizara el Partido Comunista ruso, Martí organiza el
Partido Revolucionario Cubano para dirigir la lucha por la
independencia. Como lo demuestra este hecho, la obsesión
revolucionaria cubana no comenzó, como suele creerse, con la
llegada de las ideas marxistas a la isla.
Pero volviendo a la época que
comienza en 1959, las dos organizaciones que llevaron a cabo
la lucha armada contra la dictadura de Batista fueron el
Movimiento 26 de julio, bajo la dirección de Fidel Castro y
el Directorio Revolucionario. Precisamente, tras la toma del
poder, la línea divisoria entre ambas organizaciones fue la
cuestión del comunismo. En Cuba, debido a esa tradición
martiana ya aludida, ser revolucionario no era sinónimo de
marxismo. Pero como Castro estableció una alianza precoz con
el antiguo partido comunista cubano - Partido socialista
Popular (PSP) -, pronto surgieron tensiones entre el
Movimiento 26 de julio y el Directorio Revolucionario:
revolucionario, cierto, pero decisivamente anti-comunista.
Fidel Castro jura el 16 de enero
de 1959 ante la tumba del líder ortodoxo Eduardo Chibás que
él no era comunista, y en su primera visita a Estados Unidos
declaraba que hará una revolución humanista de “libertad con
pan, pan sin terror”; el 8 de mayo en un discurso en La
Habana afirma que “esta revolución no es roja, esta
revolución es verde olivo”; y el 21 de mayo fustiga a los
comunistas y se declara humanista y no comunista. Sin
embargo, el comandante Huber Mattos, jefe militar de
Camaguey, dimite el 20 de octubre 1959, en protesta por la
penetración comunista en el Ejército Rebelde.
A partir de entonces la política
cubana se orienta hacia las relaciones con la URSS,
adhiriendo decisivamente a las ideas marxistas. Blas Roca,
secretario general del PSP (antiguo partido comunista)
declara en agosto 1960, que la revolución no es todavía
comunista pero que avanza en este objetivo. El 1 de mayo de
1961, Castro proclama la República socialista de Cuba y
declara que la “revolución ha entrado en su fase
socialista”. Días después, anuncia la creación de las
Organizaciones Revolucionarias integradas (ORI) bajo control
del PSP, implicando la desaparición del Movimiento 26 de
julio, y del Directorio revolucionario, e igualmente del PSP.
Surgen inmediatamente los Comités de Defensa de la
Revolución (CDR).
Se dispone que los magistrados y
jueces tomen cursos de justicia socialista. Castro, en una
entrevista televisada en diciembre 1961, proclama que “es y
ha sido siempre comunista” y anuncia la creación del futuro
partido comunista de Cuba.
Sin embargo, seguramente debido
a la fuerte oposición a la influencia comunista en los
rangos mismos de la revolución, al mismo tiempo que se
ejercía la presión soviética impulsando la creación del
partido único comunista, el 22 de febrero de 1963, Castro
anuncia la fórmula de un Partido Unido de la Revolución
socialista (PURS), que sería la fase en la que se encuentra
hoy Venezuela.
No fue sino el 3 de octubre de
1965 que Castro presenta el comité Central del Partido
comunista de Cuba que sustituye al Partido Unido de la
Revolución socialista (PURS), sucesor de las ORI. Venezuela
se saltó la fase de las ORI, porque fue substituida por la
celebración de reiteradas elecciones para ganar tiempo: el
resto del escenario se ha ido siguiendo al pie de la letra.
El Partido Comunista de Cuba ha
funcionado hasta hoy como una reserva que ocupará el lugar
de la dictadura mesiánica de Castro cuando éste haya
desaparecido físicamente. Por supuesto, bajo la tutela de
las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), las cuales
detentan el poder de las armas y el poder económico, junto
al Ministerio del Interior, verdadero Estado dentro del
Estado.
* |
Historiadora venezolana, consejera editorial de
webarticulista.net, experta analista del castrismo,
participó en la famosa Conferencia Tricontinental de La
Habana (1966).
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |