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Urnas cerradas 
por Eli Bravo
jueves, 7 diciembre 2006

 

           Con 12 elecciones presidenciales en 13 meses, América Latina renovó su mapa político. La heterogénea imagen resultante nos señala que no todos los gobiernos caben bajo el mismo toldo, si bien el centro de gravedad se desplazó hacia la izquierda. Las victorias de Bachelet o Morales en diciembre de 2005, así como las de Lula y Correa entre octubre y noviembre de 2006, componen un mural lleno de matices donde también pintan el socialdemócrata Oscar Arias en Costa Rica o el inefable Alan García en Perú. Lugar especial merecen Hugo Chávez y Daniel Ortega, los más radicales de todos los presidentes electos, mientras que en otro cuadro juegan el liberal Manuel Zelaya en Honduras o Álvaro Uribe y Felipe Calderón. El voto latinoamericano dijo, en mayor o menor grado, que el tema social importaba más que lo económico y que el discurso de inclusión o reivindicación era la mejor la gasolina para motorizar una campaña.

            Satisfacer esas expectativas no será fácil, pero los últimos informes indican que algo está pasando. Según la CEPAL la pobreza ha disminuido a los niveles de 1980, es decir, 26 años después de haberse iniciado la década perdida estamos en el mismo lugar. La OIT dice que disminuye el desempleo y la FAO sostiene que se ha logrado erradicar el hambre con programas como la transferencia directa a los más necesitados. Gracias al buen momento que viven las exportaciones de materia prima la región ha tenido un respiro, si bien el dinamismo asiático está dejando rezagado al continente. Un cuadro prometedor si estos indicadores se transforman en un desarrollo a largo plazo que impulse a las 205 millones de personas que actualmente viven bajo la línea de pobreza.

            Con procesos tan delicados como el de México y Venezuela, o polarizados como fue en Perú y Nicaragua, se podría decir que la democracia se ha visto fortalecida al resolver las diferencias políticas por la vía de las elecciones y el orden institucional, pero ¿se limita la democracia a la asistencia periódica a las urnas? El país que recibe el mayor número de denuncias por restricciones a las libertades es Venezuela, a la vez, la nación que está haciendo la apuesta más grande de influencia regional. Tras los resultados electorales los votantes del continente se harían un gran favor si además de poner sus esperanzas a prueba también mantienen el estado a raya, o más aún, si colocan al mesianismo en cuarentena.

ebravo@unionradio.com.ve 

 
 
 
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