Sin
duda que el gesto por parte del mini-comandante Jorge Rodríguez al
pretender impedir - en vano - la difusión del documental ¿Cuál
Revolución? producido por la ONG Ciudadanía Activa; ha sido,
mas allá de un torpe y primario acto de censura, al mejor estilo
de la censura cubana, como si los venezolanos viviéramos en el
siglo XVIII; una excelente campaña promocional que sin duda
multiplicará el interés por ver la película ¿Cuál Revolución?
Chávez: 1999-2004.
La
carta desgraciada, puño y letra de Rodríguez, a través de la cual
el rector del CNE se erigió en Torquemada tropical, hizo que
Venezuela amaneciera con una enorme expectativa por ver el
documental en cuestión, un interés solo comparable, con la
congestión que provocaría en los bancos la venta de dólares a
4.30. Al psiquiatra Rodríguez, se le pasó por alto, el gusto y la
atracción que genera en los seres humanos lo prohibido. En fin un
chacumbelazo en formato VHS, DVD, CD-ROM y seguro que muy pronto
disponible en Internet, gracias a la democracia participativa
cibernética, mejor conocida como peer to peer.
Así las cosas, en abril pasado fuí invitado a un screening
del documental en cuestión, es decir a una proyección sin cortes,
ni ajustes. Los realizadores del documental no son solo gente
seria y profesional, sino que además poseen gran experiencia en la
materia; les tocó hacer durante meses, un trabajo de hormigas,
manteniendo una ejemplar meticulosidad para recopilar el extenso
material utilizado en el film de 75 minutos de duración. No es
fácil, para nadie pasar largas horas observando videos de Hugo
Chávez, así como tampoco es cómodo, ni recopilarlos, ni acceder a
ellos.
A
decir, de los realizadores el proyecto inicial del documental era
producir un material casi exclusivamente para la exportación, es
decir para ser difundido en el extranjero, por cuanto si bien se
trata de una compilación de imágenes y sonidos ya difundidos por
los medios nacionales, no era el caso - entre otros - de la prensa
extranjera, ni de los círculos políticos y académicos
internacionales hacia quienes estaría dirigida la película.
El
documental se destaca, por una narración ponderada, que junto a
valiosísimas e inéditas imágenes, logra poner en perspectiva lo
que ha sido, en el período comprendido entre 1999 y 2004, la
explosiva oratoria presidencial y sus consecuencias directas en la
generación de la actual crisis de gobernabilidad. Así como
también, destacan las valiosas intervenciones de Teodoro Petkoff,
Luis Pedro España y Gustavo García, quienes hacen un aporte lúcido
y pedagógico que le permite al público hacerse una idea objetiva,
del fenómeno Chávez y sus consecuencias.
Por todo lo antes descrito vaya un merecido reconocimiento a la
ecuanimidad intelectual y artística de los realizadores del
documental, el cual hubiera sido muy fácil que cayera en la
tentación de convertirlo en panfleto propagandístico, al mejor
estilo de ciertos mercenarios palangristas audiovisuales
anglosajones, quienes han sido bien pagados con el dinero de todos
los venezolanos.
Insisto en que no se trata de un film histérico, ni revanchista y
al rector Rodríguez puede que lo haya traicionado el subconsciente
al pretender que todo documental de corte político es en esencia
propagandístico.
