La
Argentina de los Kirchner es una fuente inagotable de
sorpresas. Las cosas que están pasando en ese gran
país sudamericano oscilan, por momentos, entre lo
ridículo y lo patético. Y no es para tomárselo a la
ligera: el desastre argentino es un dato muy malo, no
sólo para los argentinos, sino para toda la región.
El lunes 5 se inició un
nuevo capítulo en la larga lista de emprendimientos
insólitos, que provocan el asombro de los exranjeros
de extra zona y, lo que es mucho más serio, el espanto
de los inversores internacionales que tanto necesitan
Argentina y el resto de América del Sur. La señora
Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres
de Plaza de Mayo pero devenida ahora en radicalísima
militante marxista y con mucha llegada en la Casa
Rosada, lanzó desde un antiguo centro de torturas un
programa para proponer a la gente “recetas
socialistas”. Y no se trata de “recetas” políticas o
ideológicas. No. Se trata de recetas de cocina
“socialistas”.
Algunos diarios
argentinos, como era de esperar, tomaron con humor la
novedad. El diario “Crítica de la Argentina”, por
ejemplo, tituló “Receta para un buen pollo socialista”
e informó que Bonafini “explicará cómo echar al
capitalismo de la cocina”. El curso se llama
“Cocinando política” y su promotora ha dicho que “el
capitalismo se metió en nuestra cocina”, que “el
capitalismo es peligroso”, que “envenena de a poco” y
que, por eso, hay que “discutir y aprender a cocinar
para lograr, entre todos, una buena receta
socialista”.
Bonafini, que está en sus
cabales aunque a algunos no lo crean, dice que es
preciso combatir los “peligros del capitalismo
gastronómico” y alcanzar la “soberanía alimentaria”.
¿Cómo se propone lograr esto? Según informó el portal
digital “Urgente 24”, ella afirma que enseñará a su
auditorio cómo “socializar un pollo” porque “los
pollos que tienen en McDonald’s”, de pollo “no tienen
nada”. La cruzada anticapitalista y contra la
globalización que esta señora tan influyente en su
país ha iniciado entre ollas, sartenes, cucharones y
delantales puede causar sonoras carcajadas, pero
conviene no quedarse en la sonrisa burlona. Los
Kirchner, a quien Bonafini ensalza y defiende todos
los días, deben estar muy contentos con esta novedosa
idea. Ella es una importante formadora de opinión en
la Argentina de hoy.
En 1999, Bonafini fue
galardonada por la UNESCO con el Premio por la
Educación por la Paz. Pero entre sus ídolos se
encuentran Fidel Castro, Yasser Arafat, Hugo Chávez,
Evo Morales, la banda terrorista vasca ETA y los
narcoguerrilleros de las FARC. Apenas dos años después
de recibir el premio de la UNESCO como militante de la
paz, confesó su placer por los atentados terroristas
de Al Qaeda contra las torres gemelas de Nueva York y
la sede del Pentágono en Washington. “Cuando pasó lo
del atentado y yo estaba en Cuba visitando a mi hija,
sentí alegría. No voy a ser hipócrita, no me dolió
para nada (...). Yo sentí que había muchos pueblos en
ese momento que eran felices y sentí que la sangre de
tantos en ese momento era vengada”. Más recientemente,
hablando sobre el conflicto que mantienen en Argentina
el gobierno de Cristina Kirchner y los productores
agropecuarios, Bonafini mostró una vez más su espíritu
“pacifista”. Dijo que la presidenta argentina se ha
pasado de tolerante con sus contradictores: “Cristina
tiene mucha democracia y mucha tolerancia, porque otro
gobierno los hubiera desalojado a palos y a gases como
merecían”.
Mientras la “cocina
socialista” comenzaba a producir sus primeras
“recetas”, el riesgo país de Argentina llegaba a su
récord luego de la crisis del 2001-2002 a raíz de la
desaceleración de la economía y el temor generalizado
sobre la capacidad de financiamiento real que tiene el
gobierno, mientras las calificadoras de riesgo le
bajaban la nota al país.
En el diario “Clarín” de
Buenos Aires, el economista Carlos Melconián se hizo
la siguiente pregunta: “¿por qué un país que aún tiene
superávits comercial y fiscal, crece a tasas chinas y
su principal producto de exportación vale hoy el doble
que 10 años atrás, tiene que acudir a Chávez para
endeudarse al 15%?”.
Entre otras cosas, porque
tiene a referentes en la sociedad que creen que la
ideología se puede meter hasta en el horno. Y que no
dudarán en usar sus palos de amasar tanto para hacer
empanadas criollas como para partirle el cráneo a
alguien que opine diferente.
cpaolillo@busqueda.com.uy