La
devaluación del bolívar, el whiskygate en un restaurant de La Guaira, el
regreso de los comacates y sus apocalípticos anuncios, la anarquía oficial en
los alrededores del CNE, la reaparición de Carlos Ortega y su disco rayado, el
desanuncio del CNE y la jurisprudencia Tascón, el video loco de Barreto y Varela
productions, la rueda de prensa confesional que diera el pasado viernes el
presidente Chávez y por último la multitudinaria y pacífica marcha de la
oposición; vaya qué semana ésta que acabamos de pasar, tantos acontecimientos
que la teta al aire de Janet Jackson pasó desapercibida para los venezolanos,
mas no así para la nueva inquisición norteamericana.
Pero aunque muchos aún no lo crean, ni
lo quieran ver seguimos transitando – en medio de la locura colectiva - la ruta
electoral, que se trazó en el acuerdo al que llegaron oposición y gobierno el 29
de mayo del 2003.
Mientras se produce la postergada, pero
inevitable convocatoria a Referéndum por parte del CNE, vendrán los carnavales y
dicha tregua será propicia para que ciertos Ministros, Generales y demás altos
personeros del oficialismo, puedan en cambote reaprovisionar con sacos de
dólares sus cuentas en el extranjero; al tiempo que el CNE aprobará agachadito
el megaguiso de las llamadas automatizaciones. Igualmente el jolgorio
carnavalesco, será propicio para que tanto candidatos electorales de la
oposición, como del oficialismo, procedan a hacerse los respectivos implantes
capilares y refrescamientos que las venideras campañas electorales parecen
exigirles.
Así las cosas, por lo pronto el resto
del país transita – obligado - por éste limbo institucional, en medio del
desempleo, la inseguridad y un nada creciente poder adquisitivo; por lo que los
Carnavales de la mayoría de los venezolanos no tendrán el mismo “Swing”, ese del
que – hielo de por medio – disfrutan y tanto seduce a los nuevos ricos de la
oligarquía del alto gobierno chavista.
Como quiera que sea, la oposición -
puede que hasta sin darse cuenta – ha logrado poner a correr al gobierno. La
postergación del anuncio del CNE, no es otra cosa que una suerte de conteo de
protección, para un gobierno que se sabe perdido y condenado a contarse. El
oficialismo, está contra las cuerdas y sabe que si la oposición no se
engolosina, lo que se le viene encima es un KO técnico. Y el gran experto en
carreras y rendiciones, que desde siempre ha sido Hugo Chávez, desde ya le pide
ayuda al TSJ. Grave error de parte del presidente, en las circunstancias
actuales confiarle su destino al TSJ; a quien ha debido llamar de nuevo es a Don
King, para que con su probada e intachable experiencia en el mundo del boxeo, lo
ayude a salir de éste democrático callejón sin salida.
|