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Constitución europea,
un nacimiento difícil

por Luis DE LION

lunes, 21 junio 2004


La apuesta era grande, las susceptibilidades presentes al máximo, algunas maniobras evidentes; y sin embargo 25 países lograron ponerse de acuerdo el pasado fin de semana sobre un proyecto de Constitución capaz de otorgarle finalmente sustancia política a la Unión Europea. 

Europa tomaría así la ruta hacia la conformación de leyes fundamentales que regirían la vida en común de 25 países y 400 millones de habitantes, algo realmente histórico, que de hacerse efectivo, solo se compararía con la Constitución que en 1787 fundó a los Estados Unidos de América. 

Ante la evidencia del terrible resultado de las elecciones del parlamento europeo, hace apenas una semana, la presión de la opinión pública ejercida sobre los dirigentes de los 25 países condujo a éste acuerdo que estaba claro que constituía en sí mismo, un eslabón indispensable para el futuro europeo.  

Sin embargo, no se puede cantar victoria; los 25 países miembros deberán a su vez y por separado adoptar - mediante referéndum y aprobación legislativa - dicha Constitución de manera unánime, por lo que lo más difícil está aún por hacerse. 

Por lo pronto el acuerdo logrado constituye una base para la construcción del futuro europeo, pero es urgente que esas bases sean reforzadas, dada su evidente fragilidad. Sin embargo, la idea de dotarse la Unión de una presidencia estable y de un Ministro de Relaciones Exteriores, le otorgaría cierta claridad al formato político que Europa persigue. 

Sobre la mesa están la justicia, la democracia, la libertad, en fin los valores estandartes de ésta Unión Europea; faltan los hombres, los líderes que la encarnen y le den vida política. En ese terreno queda mucho por hacer, Chirac se felicita hoy del acuerdo logrado, cuando 20 años atrás era un gran euroescéptico; el presidente galo aprendió la lección y asumió que hoy lo que se impone es el eurorealismo. Por su parte para Tony Blair, el eurorealismo se traduce en una gran victoria para la “Gran Bretaña” y el Vaticano lamenta que en el proyecto de Constitución no se haya incluido la identidad cristiana de los pueblos de Europa. 

El eurodiputado Olivier Duhamel, en su libro “Pour l’Europe” a través del cual explica y comenta la Constitución; señala que el niño nació, pero el mismo corre el riesgo de una muerte perinatal, si los gobiernos respectivos encargados de adoptar la nueva Constitución, se dedican a maltratarlo en razón de sus diferentes puntos de vista e intereses.  

Esta historia de la Constitución europea, apenas comienza.

 

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