l
histrionismo y el excelente manejo que de la escena internacional
desde siempre y con maestría ha hecho el presidente Jacques Chirac,
no deja de asombrar tanto a los seguidores como a los oponentes
del líder galo.
Sin
duda que el hecho de que el jefe del gobierno Francés utilice a la
ONU como tribuna para evocar la lucha contra el hambre en el mundo
es un gesto loable. Pero la iniciativa en concreto y su hipotética
puesta en práctica, de donde sobresale una suerte de control de
cambios internacional, le concede a la propuesta un grueso barniz
ficticio.
A
la opinión pública francesa no dejó de sorprenderle la imagen
llegada desde New York, en donde Chirac el gaulliste y liberal,
aparece al frente de una troika de dirigentes de izquierda,
conformada por Lula, Zapatero y Lagos.
¿Chirac,
convertido en neopopulista y neoutopista?
Para la
prensa regional francesa la respuesta viene inmediatamente; Chirac
es un político que no desperdicia ninguna oportunidad para
atribuirle a Francia un rol que va mucho mas allá del peso real
que ejerce hoy Francia por sí sola en los asuntos planetarios.
Chirac no habló en nombre de la Unión Europea, la cual si ejerce
efectivamente una influencia planetaria.
El
vespertino Le Monde, editorializó al respecto señalando que la
forma más seria y directa de luchar contra la pobreza en el mundo,
sería abriendo las fronteras agrícolas – en particular las
europeas - a los productos provenientes de los países en vías de
desarrollo. Medida ésta a la cual por cierto, Jacques Chirac en el
seno de la Unión Europea se opone de manera ferviente y hasta el
presente exitosa.
Sin
duda que los países desarrollados – Estados Unidos y Unión Europea
- deben ponerse de una vez por todas de acuerdo para rebajar las
astronómicas subvenciones que le otorgan a sus respectivos
agricultores, unas ayudas que equivalen a siete veces el total de
la ayuda global para el desarrollo.
Jacques
Chirac, ya había hecho ante el mundo una teatralización por el
estilo cuando en el 2002, en Johannesbourg, en ocasión de la
Cumbre Mundial del Desarrollo Durable dijo: “Mientras nuestra casa
está ardiendo, volteamos la mirada hacia otra parte”
¿Sabe
usted qué se ha hecho desde aquél entonces? Nada.