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Si,
como dije en el artículo anterior, la definición de líder que nos da el DRAE es
vaga e imprecisa, mucho más lo es la de caudillo: ³Hombre que, como cabeza, guía
y manda la gente de guerra. || 2. Hombre que dirige algún gremio, comunidad o
cuerpo².
Lo primero que llama la atención de esta definición es que según esto,
cualquiera, soldado o civil, puede ser un caudillo, pues de hecho se identifica
la idea de caudillo con la de director o jefe de un grupo. Igualmente que el
DRAE atribuye la condición de caudillo sólo a los hombres. La verdad es que no
suele hablarse de mujeres que hayan ejercido algún tipo de caudillismo
(¿caudillesas?), pero eso no quiere decir que no las haya habido o que no las
haya en la actualidad. ¿No lo fue, por ejemplo, Juana de Arco en Francia?
En segundo lugar, la definición del DRAE deja al caudillo fuera del ámbito
político, a menos que este se incluya en el elusivo ³algún gremio, comunidad o
cuerpo², lo cual no se compadecería con la importancia que el concepto de
caudillo ha tenido y tiene en la terminología política, sobre todo, pero no
sólo, en Latinoamérica.
Lo peor es que casi todos los diccionarios repiten más o menos aquella
definición. Excepciones son el Pequeño Larousse Ilustrado (ed. de 2004): ³Jefe o
guía, especialmente el de guerra. || 2. Título aplicado en España al general
Franco desde 1936 hasta su muerte. Caudillos. Dirigentes a la vez políticos y
militares, surgidos a partir de la emancipación en el área ríoplatense²; el
Diccionario del Español Actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos:
³Hombre que ostenta el mando supremo de una fuerza armada. También figurado,
referido al ámbito civil² (Š) 2. En el régimen de Franco (1936-1975): El Jefe
del Estado²; y el Diccionario de uso del Español de América y España VOX:
³Persona que manda y guía a un grupo de personas, especialmente a un ejército o
gente armada. (Š) 2. Título con que se adaptó en español la voz alemana führer y
la italiana duceв. El Larousse se queda corto en su referencia de la voz
caudillo en nuestro continente sólo a la región ríoplatense, pues es de tipo
general en Hispanoamérica. El diccionario de Seco, Andrés y Ramos extiende
acertadamente el significado de caudillo al ámbito civil. Y el de VOX suprime la
idea de que la palabra caudillo es aplicable sólo a hombres, además de dar la
equivalencia de dicha voz con los vocablos führer, alemán, y duce, italiano.
Estos diccionarios recuerdan, además, que en España se usó caudillo por
antonomasia para nombrar a Francisco Franco.
El vocablo caudillo, ciertamente, estuvo al principio vinculado de manera casi
exclusiva al mundo castrense, y se trataba sólo de militares formados en combate,
pues aún no existían academias militares de formación profesional en la mayoría
de los países. Pero a partir de cierto tiempo se empezó a hablar de caudillos
civiles, con toda propiedad. Algunos autores identifican el vocablo caudillo con
la palabra cacique, de origen indígena (taíno).
El caudillo, como vimos la semana pasada, se diferencia del líder. Este es más
racional, requiere de una preparación intelectual bien definida, y es, además,
un dirigente que no actúa autocráticamente, sino como jefe de un equipo y con la
asistencia de asesores o consejeros. El caudillo, en cambio, es por definición
autocrático e impositivo, se guía más por su intuición que por el raciocinio, no
es muy dado al asesoramiento ni al trabajo en grupo, y cuando admite asesores o
consejeros, siempre se reserva la última palabra. Mientras el líder suele
compartir con otros dirigentes, el caudillo tiende a ser solitario, pero ama y
fomenta el culto a la personalidad.
Sin embargo, hay casos específicos en que la diferencia entre caudillo y líder
es muy sutil, es decir, se trata de individuos en que resulta difícil dilucidar
si su comportamiento es de líder o de caudillo.
Caudillo deriva del vocablo latino capitellus (cabecilla), diminutivo de caput,
cabeza. Es palabra castiza del Castellano, y ya aparece en el Tesoro (1611) de
Covarrubias, con la sola acepción referente al jefe militar. En el Diccionario
de Autoridades (1792) también figura, pero en este se registra ya la extensión
de su significado a los jefes o cabecillas de grupos civiles y fuera del ámbito
político.
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