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Bizarro - por Alexis Márquez Rodríguez
 domingo, 5 diciembre 2004


         

 

A mi amiga Evangelina García Prince
 


Es muy común, sobre todo entre los jóvenes, la tendencia a modificar el significado de las palabras, bien sea cambiando o sustituyendo unos por otros, bien agregando nuevos significados a los ya existentes. Es el caso, por ejemplo, del adjetivo de carácter distributivo sendos, cuyo significado, ³uno o una para cada cual de dos o más personas o cosas²  (DRAE), ha venido siendo sustituido por el de ³cosa muy grande, vistosa, de gran valor, espectacular².  Usamos sendos, en efecto, para indicar que, en un grupo de dos o más personas le toca a cada una algo que se trae o se les da. Si decimos, por ejemplo, ³Traje sendos regalos  para los niños², queremos decir que hay un regalo para cada uno de los dos o más niños de que se trate: uno para cada uno. Podemos decir también, por ejemplo, ³los tres venían en sendas bicicletas², lo que significa que las tres personas de que se trata venían, cada una en una bicicleta.

Pero hoy día es común oír, sobre todo entre gente joven, frases como ³Senda nave se compró Fulano², ³Sendo palacio el que se gasta mi amigo², ³Bebió mucho y cogió senda borrachera², empleando el adjetivo sendos, por una parte en singular, cuando es por definición plural, y en segundo lugar con un sentido ponderativo o admirativo que de suyo no tiene.

Otro caso es el del adjetivo sádico. El DRAE lo define como ³Perteneciente o relativo al sadismo², y del sustantivo sadismo dice el  mismo  diccionario: ³Perversión sexual de quien provoca su propia excitación  cometiendo actos de crueldad en otra persona. || 2. Crueldad refinada, con  placer de quien la ejecuta². Sádicos son, pues, los que logran el placer  sexual, incluido el orgasmo, sólo si maltratan a la persona con quien realizan  el coito, para lo cual suelen valerse de instrumentos adecuados a dicho  maltrato, y también los que se complacen en el sufrimiento de otras personas, como los torturadores.

Pero en Venezuela, y no sé si en algún otro país, se ha  ampliado el significado de sádico para atribuirlo a la persona libidinosa, salaz o marcadamente lujuriosa, aunque nada tenga que ver con el maltrato a otras  personas. Es muy común oír a una mujer decir de alguien que es un sádico, sólo porque la mira con intensidad real o supuestamente erótica, o con  aparente expresión de deseo sexual. La expresión se usa evidentemente con un valor peyorativo, salvo, por supuesto, que a la mujer a quien miran de ese  modo le guste el hombre que lo hace.

Algo parecido viene ocurriendo con el adjetivo bizarro, definido por el DRAE como, referido a persona,  ³valiente (esforzado), || 2. Generoso, lucido, espléndido².  Igualmente el Diccionario de uso del español de América y España VOX lo define como ³Que es valiente y, por lo general, apuesto (Š)².

Pero, no obstante esa definición, muchas personas usan el adjetivo bizarro con el significado de algo raro, extraño, sobre todo referido a persona, en el sentido de un individuo torvo, que oculta sus sentimientos, que no inspira confianza. También puede ser una actividad ­una fiesta, por ejemplo­  en la que ocurren hechos impropios, inesperados y desagradables. E igualmente se emplea para calificar algo o a alguien de extravagante, extraño o fuera de lo común.  

Don Andrés Bello señalaba esta tendencia a modificar el significado  de las palabras como uno de los mayores peligros para el idioma. Me parece un poco exagerado. Desde luego que el abuso de esa propensión es condenable, pero es perfectamente lícito que, en caso de necesidad expresiva, y ante la inexistencia de una palabra que exprese con la mayor exactitud posible lo que queremos decir, apelemos a un vocablo ya existente y le demos un nuevo significado, siempre y cuando este no le sea extraño al significado original, y sobre todo cuando se hace por vía metafórica. Es uno de los procedimientos más adecuados para el enriquecimiento léxico de la lengua. Que no es precisamente el caso de bizarro, pues los significados que hemos señalado son extraños, y aun opuestos, al significado original de la palabra, y tampoco esos nuevos significados corresponden a un empleo metafórico. Como  tampoco lo son los casos de sendos y sádico, a menudo  usados impropiamente.

Bizarro nos viene del vocablo italiano bizzarro.
       

      

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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