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Austeridad 
por Alexis Márquez Rodríguez

domingo, 11 julio 2004


La austeridad es una de las grandes virtudes del ser humano. El DRAE la define como la ³Cualidad de austero², y a este como ³Severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral². Y también como ³|| 2. Sobrio, morigerado, sencillo, sin ninguna clase  de alardes. || 3. Agrio, astringente y áspero al gusto. || 4. Retirado, mortificado y penitente². La tercera acepción, referida a cosas y no a personas, es nada o poco usual, al menos en nuestro país.

La austeridad, por otra parte, no sólo es virtud de las personas  individualmente consideradas, sino también de los grupos humanos e instituciones. Podemos llamar austeros a determinados individuos, pero también, por ejemplo, a una empresa y demás entes privados, un banco, una doctrina religiosa, una agrupación de cualquier tipo, y sobre todo al Gobierno de una nación.

La austeridad es esencial en la figura de lo que en el Derecho Romano llamaban ³buen padre de familia², uno de los pivotes fundamentales de la sociedad y de las instituciones jurídicas y sociales aun en los tiempos actuales. Pero también es la virtud de oro, con valor definitorio, de un buen gobierno. En este la austeridad se manifiesta en la actitud prudente y equilibrada de los gobernantes, en la limpieza, la claridad y el sobrio uso del lenguaje, en el acatamiento irrestricto a las leyes, en el mutuo respeto y cooperación entre los organismos y poderes del Estado, y sobre todo en el manejo con absoluta pulcritud de los dineros públicos, que no sólo deberán administrarse con honradez y sin ningún género de despilfarro, sino también con eficaz aplicación al bienestar y progreso de la sociedad a que se sirve.

Pero no debe confundirse austeridad con pichirrez y tacañería. El dinero que poseen las personas no es para atesorarlo con alma de usurero, sino para usarlo, siempre con prudencia y buen tino, sin alardes ni exageraciones, en beneficio de quien lo posee, de su familia, y de ser posible en el de la sociedad en la cual se vive. En el ámbito de las instituciones, oficiales y privadas, rige el mismo principio. En la administración pública, particularmente. Si es un grave delito apoderarse el gobernante, como frecuentemente ocurre, de los dineros públicos, o despilfarrarlos, igualmente lo es mantener en reserva los recursos sin emplearlos en lo que se deben emplear, sin descuidar, por supuesto, el ahorro que deba practicarse en previsión del futuro.

Austeridad deriva de su equivalente latino austeritas, austeritatis. Es palabra muy vieja en Castellano. No aparece en el Tesoro de Cobarruvias (1611), pero sí el adjetivo austero: ³Algunos  le usan en la lengua castellana, tomándole del nombre latino austerus, a, um, cosa áspera y acerba al gusto, qual es el sabor de las frutas que aun no están maduras ni de sazón; dízese también  por alusión del hombre mal acondicionado, desabrido, riguroso y mal saçonado². Pero austeridad sí figura ya en el Diccionario de Autoridades (1716), primera edición del Diccionario de la Real Academia  Española: ³En su riguroso significado Latino vale la aspereza, poca suavidad, y punta de acerbidad que tienen las frutas que aún no están maduras y en sazón, pero en este sentido no tiene uso en Castellano. Tómase por aspereza y demasiada extrañeza, dureza  de condición, rigor y fortaleza de genio, poca afabilidad y agrado en el trato, y sobra de tesura (sic) y severidad en el modo de proceder. Metafóricamente se toma por penitencia y mortificación². (Tesura, aunque poco usual, figura en el DRAE como ³Cualidad de tieso²).

Como se ve, austeridad es un buen ejemplo de evolución semántica de un vocablo por el uso.
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