Basta un somero repaso a los
procesos electorales que han tenido lugar durante los
últimos seis meses en el Hemisferio para comprobar que las
izquierdas comienzan a sufrir graves menoscabos y que allí
donde son gobierno están bajo la seria amenaza del
descalabro.
Hechos al canto.
En América Latina, al triunfo de la derecha en Panamá se
unió la grave derrota de Néstor Kirchner y del
kirchnerismo, a manos de dos factores emergentes que
asoman como futuras cartas para asumir las riendas del
gobierno argentino: Mauricio Macri, desde la derecha
modernizadora y Daniel Oswaldo Scioli, desde el seno del
propio gobierno, en el que ejerciera la vicepresidencia.
Dos empresarios y deportistas jóvenes con suficiente
impulso como para desbancar a la corrompida y mafiosa
pareja presidencial, hundida en el descrédito por la
insólita acumulación de corruptelas y desatinos.
En Chile, si bien
la presidenta Bachelet cuenta con una holgada mayoría
ciudadana, la coalición que la respalda hace aguas. Tras
veinte años en el Poder y luego de cuatro gobiernos, el
cansancio y el agotamiento hacen estragos en las filas de
la Concertación. Más que bajo la presión de Sebastián
Piñera, el exitoso empresario que representa a las fuerzas
de la centro y la extrema derecha y que muestra una sólida
mayoría en las encuestas, Eduardo Frei, el candidato de la
Concertación y ex presidente de la república se ve
seriamente amenazado por la izquierda del socialismo y del
comunismo chilenos, capaces de fracturar el bloque de
respaldo oficialista y permitir el triunfo de Piñera. En
cualquier caso, sea Piñera o Frei quien obtenga el
triunfo, el giro hacia la derecha en política nacional e
internacional es más que probable.
En Brasil y a
pesar de la gestión de Lula, hoy seriamente ensombrecida
por la aventura hondureña, donde el chavismo ha recibido
otra auténtica paliza, es muy improbable que su candidata
garantice la permanencia del PT en el gobierno. Todo hace
prever el triunfo del gobernador de Sao Paulo, el
socialdemócrata José Serra bajo el patrocinio del ex
presidente Fernando Henrique Cardoso. Lo mismo en Uruguay,
donde a pesar de las gigantescas inyecciones financieras
de los petrodólares chavistas – el caso del negociado
librero ha ensombrecido la candidatura del Frente Amplio
en manos de José Mujica – lo más probable es el triunfo
del ex presidente Lacalle.
En Europa la
debacle de las izquierdas es sencillamente descomunal. El
PS alemán sufrió una merma tan considerable en las
recientes elecciones que vieran fortalecer el liderazgo de
la socialcristiana Angela Merkel, que deberán dejar su
puesto en el gobierno en manos de los liberales. Se vuelve
a la fórmula de la pequeña coalición. En Portugal los
socialistas perdieron alrededor de 10 puntos porcentuales.
Se mantienen en el gobierno a duras penas. Su margen de
maniobra se ha estrechado hasta crear la seria amenaza de
una permanente inestabilidad política.
El remate viene
dado por la encuesta que hoy publica en portada el
periódico español El País. 61% de los españoles desaprueba
la gestión de Zapatero. Su nivel de confianza no supera el
30% de los encuestados. Es, pues, casi absolutamente
seguro que el PP vuelva al gobierno. Afirmando así una
tendencia que se mostrará en el inmediato futuro en toda
Europa.
El mundo
civilizado, cautivado por las izquierdas, parece despertar
de una grave ensoñación. El giro hacia la derecha tendrá
una influencia innegable en los asuntos internos de la
Venezuela chavista. El tiempo de las vacas gordas y de la
complicidad de gobiernos emparentados con los afanes
chavistas parece estar llegando a su fin. Es un dato que
hasta el mismísimo José Miguel Insulza tendrá que tomar
en consideración: al parecer la época de las izquierdas
comienza a llegar a su fin.
sanchez2000@cantv.net