Las relaciones diplomáticas de Venezuela son cualquier
cosa excepto
respetuosas con la Convención de Viena. Ha superado con
creces los
métodos insurgentes que practicó el Che Guevara en los 60,
fomentando la
convulsión urbana (en lugar de foquismo rural) financiando
movimientos
sociales que manejan consignas simples -por ejemplo: "no
al TLC"
(Tratado de Libre Comercio)-. Estos movimientos se
financian con
"petrodólares", y se suplementan con "narcodólares".
Jorge Quiroga, ex presidente de Bolivia
1
Las burlescas y muy inoportunas declaraciones
del presidente de la república a su llegada a Buenos
Aires, recomendándole a la comunidad judía argentina tomar
con humor las acechanzas de Irán y la alianza de su
gobierno con el talibanismo iraní – clave de la política
internacional del mandatario venezolano – han llenado de
estupor a quienes no olvidan el espantoso atentado contra
la AMIA escenificada en Buenos Aires por terroristas
iraníes, que dejara centenas de judíos argentinos muertos
o gravemente heridos. Ni la virtual condena a muerte
emitida por el gobierno de Irán contra Israel, país al que
ha amenazado con hacer desaparecer de la faz del planeta.
Pilar Rahola, la prestigiosa periodista catalana, atribuyó
las palabras del primer mandatario venezolano a su
“cinismo criminal”. Sergio Burstein, miembro de la
agrupación de víctimas del atentado a la AMIA declaró ante
la visita del primer mandatario a la Argentina: “Me
produce rechazo, vergüenza ajena, pues Chávez apoya
totalmente la política de Irán que postula la eliminación
del Estado de Israel, niega la Shoá (Holocausto) y se
opone a que vengan a declarar al país los ex funcionarios
gubernamentales que solicitó la Unidad Fiscal que
investiga el atentado a la AMIA”, según indicó la
Agencia Judía de Noticias.
Fue la guinda de una torta mediática que desde este martes
7 de agosto no escatima adjetivos insultantes para un
gobernante que hace cuanto está a su alcance por
merecerlos. De “gorila rojo” lo calificó el periódico La
Razón, de Madrid, al comentar un verdadero record Guiness
del presidente de la república en su programa Aló
Presidente: “Una tortura televisada de 7 horas y 43
minutos” (La Razón, 7 de agosto de 2007). Sin faltar
quienes destaquen los riesgos de su visita para las
pretensiones presidenciales de la esposa del actual
presidente. A la que en el colmo de la injerencia en los
asuntos internos de ese país ya calificara de “futura
presidenta de la Argentina”.
Injerencia que, como muy bien lo señalara el
ex presidente de Bolivia Jorge Quiroga, va mucho más allá
de simples declaraciones, por inoportunas y extemporáneas
que resulten. Al revuelo provocado por las ligerezas
presidenciales en asunto de tanta gravedad como el
antisemitismo iraní se sumaría la escandalosa incautación
de ochocientos mil dólares en manos de un oscuro personaje
venezolano, que se declararía miembro de la comitiva
presidencial, llegado a Buenos Aires en un avión privado
en compañía de funcionarios de PDVSA y del gobierno
argentino. La compañía de dos muy importantes funcionarios
de ese país – uno de ellos candidato a ocupar la embajada
argentina en Caracas - en la comitiva de seis personas
llegadas en un avión privado alquilado por ENARCA, la
empresa de energía estatal del país sureño, puede servir
de explicación a tal contrabando financiero. Posiblemente,
dinero para ser empleado en la compra de claque pagada
para aclamar al teniente coronel – incluidas gorras,
franelas y banderas - o aportes en efectivo a los grupos
de agitación política de ultra izquierda alimentados allí,
como en el resto de las principales ciudades de América
Latina, por el gobierno venezolano. Tal revelación, que ha
conmocionado a la opinión publica argentina y puede llegar
a tener graves implicaciones políticas, tiene lugar en
momentos en que el gobierno peruano eleva reclamos contra
ese mismo tipo de injerencia. Venezuela ha asumido la
misma política intervencionista que hace más de cuarenta
años provocara la expulsión de Cuba de la OEA. Esta vez
con dólares recibidos por la venta de petróleo a los
propios Estados Unidos, no aportados como entonces por la
Unión Soviética. Un cambio sustancial, que contribuye a
explicar la complejidad de la situación internacional bajo
la actual crisis energética mundial.
2
La cara legal de la injerencia del gobierno
venezolano es infinitamente más grave y significativa, si
bien sus efectos políticos no se traduzcan en
levantamientos y algarabías como las protagonizadas por
piqueteros y huelguistas argentinos o indigenistas
bolivianos, peruanos o ecuatorianos directamente
financiados por el chavismo. Otra promesa de compra de
bonos de la deuda argentina por un monto de $
1.000.000.000, 00 (mil millones de dólares) le aseguran al
presidente venezolano la lealtad de un gobierno que no
trepida en ofrecerla al mejor postor. Llevando al absurdo
de ver a un país sumido en los más graves problemas
económicos y sociales como Venezuela - importador neto de
cuantos bienes y alimentos consume -, asistiendo
financieramente a una de las potencias agrícolas e
industriales de la región. Que en pocos meses,
encontrándose con menores reservas que Venezuela, ha
acumulado las suficientes como para superar con creces a
las ya gravemente disminuidas del tesoro del Banco Central
venezolano. Todo sea para alimentar los afanes
expansionistas de un proyecto tan absurdo como imposible:
subordinar a los deseos de gloria de un acaudalado e
inescrupuloso caudillo caribeño sociedades tan
evolucionadas y poderosas como Argentina, Brasil o México.
Mientras nuestro país se debate en la miseria. El mundo al
revés.
3
Es la brutal aplicación del garrote energético
a la diplomacia: ofrecer petróleo, gasolina, refinerías o
préstamos en bruto para obtener obsecuencias de los
gobiernos de una región no caracterizada precisamente por
la dignidad en su política internacional. Utilizando al
mismo tiempo la caja chica para mantener encendido el
fuego bolivariano en las calles y plazas de las capitales
latinoamericanas. Petróleo y gas para los gobernantes,
dólares en efectivo para los grupúsculos radicalizados.
Ambas tácticas se complementan perfectamente en la
estrategia expansionista del castro-chavismo. Su acción
disolvente se ha manifestado de manera ejemplar en Buenos
Aires. Y muy posiblemente también en Montevideo, en La Paz
y en Quito, capitales visitadas por el presidente de la
república en su última gira por la región. El error
cometido en Buenos Aires con el mensajero indiscreto pudo
haber sido corregido sin problemas en las otras capitales
visitadas: comitivas presidenciales con valijas
diplomáticas están liberadas del fisgoneo aduanero.
Mientras, la fuente aparentemente inagotable de esa
política, Petróleos de Venezuela S.A., se desangra ante la
iniquidad de la más flagrante ineficiencia operativa y la
más escandalosa corrupción de su historia. De la que no se
puede desvincular su conversión en caja de caudales para
alimentar las ansias expansionistas del presidente Chávez,
haciendo prácticamente imposible discernir dónde termina
el uso oficial aunque anticonstitucional de sus
petrodólares y comienza el saqueo particular por parte de
sus ejecutivos y allegados. Las revelaciones hechas
públicas ante una comisión de la Asamblea Nacional por el
padre Palmar son francamente escalofriantes. En una
extensa entrevista publicada en un vespertino de
circulación nacional daba cuenta de cuatro ilícitos
cometidos por una gerencia gangrenada por la corrupción: “Uno
es el caso de los taladros chinos, hay sobreprecio
de más de 600 por ciento sobre el precio original.
Originalmente se pagarían 5.000.000 de dólares por taladro
y lo subieron a 30 millones de dólares, 25 más por
equipo”. Los otros tres, según Palmar, serían “el
tráfico de combustible costa afuera en alta mar. Hay
desangramiento de combustible. Otro punto es el tráfico de
droga en los tanqueros, un punto neurálgico que hay que
apuntar con bisturí. Y el cuarto es el estadístico, el que
se refiere a la parte técnica porque sabemos que hay una
situación de incapacidad técnica y estamos seguros de que
los informes que le entregan a Chávez no corresponden a la
realidad operativa de la empresa y por lo tanto allí hay
un fraude.” (El Mundo, 7 de agosto de 2007).
De esos cuatro ilícitos, el menos destacado hasta ahora
por la opinión pública venezolana pero que podría llegar a
explotarle en el rostro al gobierno en cualquier momento
se refiere al señalamiento del tráfico de drogas camuflado
en el transporte de combustible. Una acusación
extremadamente grave, vistos los señalamientos adelantados
por organizaciones especializadas según las cuales
Venezuela habría desplazado a Colombia en el manejo y
comercialización de la cocaína a nivel mundial.
Imposible imaginar un cuadro político y mediático más
dramático para el gobierno. No termina de acallarse la
protesta mundial por el cierre de RCTV y ya despertamos
suspicacias por la injerencia en asuntos internos de otros
países y comenzamos a asomarnos al sórdido y terrible
mundo del narcotráfico.
4
Son los hechos noticiosos que solapan y
ocultan otros graves conflictos políticos que entorpecen
la acción del gobierno y abren serias interrogantes acerca
de la viabilidad de una reforma constitucional entrampada
en el rechazo mayoritario de la población e incluso de
sectores claves del propio chavismo. A la rebelión
anunciada por los gobernadores de Sucre y Aragua en contra
de la reforma, a quienes debe sumarse naturalmente el
rechazo de los zulianos, parece necesario considerar la
franca rebeldía de varios gobernadores chavistas que no
estarían dispuestos a avalar un fraude constitucional que
les arrancaría de cuajo todas sus atribuciones, dejando a
sus regiones en la indefensión frente a los abusos de un
Estado centralizador y omnipotente. De allí la reiterada
postergación del lanzamiento oficial de la reforma. Tanto
más preocupante para el gobierno puesto que se acortan los
plazos, la asamblea se acerca al momento de entrar en
receso y el clima de opinión parece ser definitivamente
adverso a los cambios anunciados.
El presidente de la república, hombre
extraordinariamente sensible a los tiempos políticos y
perfectamente consciente de las limitaciones que le
imponen las circunstancias, estará calculando
cuidadosamente el próximo paso a dar. Está en una
encrucijada, asediado por una crisis económica y
financiera que le reventará en el rostro a más tardar en
el primer semestre del próximo año, impidiéndole el
cumplimiento de muchas de las promesas que lo mantienen
con vida y quitándole la aparente fortaleza del respaldo
petrolero que le financia sus peligrosas aventuras. Si a
ello se suma un escenario internacional que le es cada vez
más renuente e inamistoso, una opinión pública mundial
definitivamente adversa y una crisis social a punto de
estallido – de la cual la emergencia del movimiento
estudiantil no es más que un síntoma – se explica su
apuro. El problema es que, como muy bien dice el refrán:
no por mucho madrugar se amanece más temprano. Del apuro,
como bien señala el otro, sólo queda el cansancio. La
caída al infierno puede estar más cerca de lo que se
imagina.