En
honor de
Enrique
Mendoza
por
Antonio
Sánchez
García
sábado, 8
diciembre 2007
Al
desafuero verbal, al derrape psiquiátrico y a la
avalancha escatológica que consume rápida y crónicamente
al gran derrotado del 2-D – acelerando la descomposición
de su movimiento y la crisis interna de quienes lo
respaldaban – se une ahora lo esperado: el pase de
factura, la retaliación y la venganza. Incapaz de ganar
en buena lid y de aceptar derrotas con la nobleza de
los grandes, pretende empujar el país por el abismo y
llenar sus mazmorras de opositores. Abandonado por su
pueblo, que ha comenzado a no reconocerlo como el líder
de antaño, golpea a diestra y siniestra, exuda despecho,
reparte facturas sentimentales urbi et orbi. Y ya
encarcela. Cava su propia tumba.
El primer acto represivo de la serie con que
pretende intimidar al pueblo y ensombrecer su histórica
victoria del 2 de diciembre ha consistido en hacer lo
que ya no puede intentar mediante el voto: ordenarle a
su justicia la detención de Enrique Mendoza. No le
perdona la contundente derrota que le infligieran los
mirandinos en el bastión de su delfín, Diosdado Cabello.
Y en lugar de pedirle deje la gobernación a quien le
acompañara en los luctuosos sucesos que terminaran con
el asalto al Canal 8 y el asesinato a dos de sus
modestos trabajadores – el verdadero responsable de la
derrota en ese estado fundamental del país – decide
aherrojar a quien sigue en el corazón de los mirandinos
y quien, justo es decirlo, ha logrado el prodigio de
recuperar el respaldo popular de quienes fueran sus
gobernados. Aprestándose a rectificar el grave error de
no haberlo reelegido en las pasadas elecciones de
gobernadores, aunque asegurándole el triunfo en la
contienda del próximo año. Asunto que él y Diosdado
Cabello deben impedir por cualquier medio.
No sólo eso: lo hace esgrimiendo la
participación de Mendoza en los sucesos del 11 de abril.
En el colmo del cinismo le enrostra un comportamiento
que Mendoza jamás tuvo, pero que constituye un
autorretrato de la felonía suya y de quienes hoy
gobiernan a su lado. ¿Mendoza preso y Jesse Chacón en el
gabinete? El mundo al revés.
Se equivoca si cree que con estas medidas
dictatoriales logrará su propósito de impedir el tsunami
que ya se le viene encima. Y del que el 2 D fue un
pálido anticipo. Lo mejor de lo mejor de entre su gente
ya le quitó su respaldo. Y no volverá al redil con
amenazas o lloriqueos de despecho. Contribuirá de manera
fundamental a la reconquista de nuestros espacios en las
próximas elecciones de alcaldes y gobernadores. Para
construir con los jóvenes, con la Iglesia, con los
partidos y organizaciones de la sociedad civil y con los
sectores constitucionalistas de las FAN la nueva
Venezuela que todos anhelamos.
En ella, Enrique Mendoza ocupará un sitial
de honor. Se lo merece.