Inicio | Editor | Contáctenos 
 

Los verdugos de la UCV
por Angel Rivero
sábado, 15 agosto 2009


Por si no lo sabían los profesores felones, Héctor Navarro y Luis Acuña, verdugos de la UCV, quienes se acogieron a la frase infeliz en la Asamblea ¡El claustro ha muerto! -del diputado Earle Herrera, docente también de la Central- y al pavoroso llamado de Chávez a los venezolanos para que opten por la muerte, sin incluir la suya, si el socialismo no es aceptado en el país, nada tienen que envidiar a quienes aplaudieron el ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte! -del fascista Millán Astray- ante al rector de la Universidad de Salamanca Miguel Unamuno, en el preludio del oscurantismo franquista.

Elogio a la barbarie que estremeció al mundo en 1936, adoptado por estos profesores enemigos de la universidad, que ahora pretenden apuñalarla en nombre de un bolivarianismo ramplón, con la aprobación de una Ley Orgánica de Educación que niega el legado de Simón Bolívar, nuestro Libertador, quien junto con el sabio José María Vargas en 1827, transformó a la Universidad de Caracas en la  UCV actual, convirtiéndola en la primera universidad republicana autónoma de Venezuela. Dando muestras de su ejemplar civilismo, Bolívar decretó que nuestra primera casa de estudios es libre de elegir sus autoridades sin la injerencia de ningún mandón sin brillo, ni de cualquier cretino que decrete la muerte del claustro.

Sin romper definitivamente con la universidad colonial, al lado de sus reglas tradicionales, se consagró el principio de autonomía universitaria –sancionado por el rey Carlos III, en Cédula Real del 4 de octubre de 1784- que disponía que el rector fuera elegido por el Claustro Pleno, sin la participación de los empleados, estudiantes ni obreros, como es la pretensión actual de los verdugos universitarios y del jefe que los manda.

Para robustecer la autonomía de la UCV se asignaron varias de las haciendas más ricas del país, se aumentó el sueldo a los docentes y el número de cátedras. “Y para rematar este noble conjunto de innovaciones, se puso fin a la odiosa barrera étnica que convertía a la enseñanza universitaria en patrimonio exclusivo de los niños blancos de las familias pudientes”. Verdad histórica que escupe en la cara de los docentes felones y en la del militar -que confunde el aula con un cuartel- cuando acusan a la UCV de racista.

Ref. Leal, Idelfonso, Historia de la UCV


© Copyright 2007 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.