Cuando
Florentino Ariza retornó del lejano puerto de Leticia, a
orillas del Magdalena donde lo envió su tío León XIII para
curarlo del mal de amores que le infectó Fermina Daza, una
novia imposible, Tránsito Ariza creyó que su hijo regresaba
sanado de ese mal que ella confundía con el cólera. No
obstante, se preocupaba porque Florentino no tenía una
compañera para sustituir a la ingrata Fermina porque sabía
que el sufrimiento de amor, sólo se curaba con otro amor.
Por temor a una
recaída, Tránsito Ariza rompió escrúpulos y se dedicó a la
caza de una carnita salada que sudara la cama de su
muchacho. Entonces, llegó la guerra y la metralla derribó la
casa de Nazaret, una joven vecina que había perdido su
esposo tres años antes, y el sentido solidario de Tránsito
la alojó en su hogar para arrojarla en la cama de
Florentino, quien hizo jirones el luto de la casta viuda,
quien más tarde en medio de ayes de placer agradecería a
Florentino la inmensa satisfacción de haberla convertirla
en puta y a Tránsito Ariza su labor de cabrona. En tanto que
el desconsolado enamorado, se transformaba en el único
miembro de un pelotón de fusilamiento que en cincuenta y
tres años pasó por las armas a 622 mujeres en Cartagena de
Indias mientras aguardaba el turno de Fermina Daza, su novia
eterna.
La
ficción literaria del gran Gabo, El amor en tiempos del
cólera, llevada al cine se convierte en una grotesca
realidad, si se compara con en el sórdido protagonismo de
Chávez, quien para restaurar su prestigio vuelto jirones
como el camisón de la viuda Nazaret y los escrúpulos de
Tránsito Ariza -le importa un carajo, al igual que a su
escudera Piedad Córdoba- la dignidad de los secuestrados de
la FARC y el dolor de sus familiares por lo que se ha dado
a la tarea de prostituir la autoestima de los secuestrados y
sus dolientes, presionándolos con el chantaje de su
hipócrita mediación humanitaria en la liberación de los
plagiados, para que agradezcan a la narcoguerrilla -como la
viuda Nazaret, “la inmensa satisfacción” de tenerlos presos
en condiciones infrahumanas- y le den gracias las gracias al
gran proxeneta investido de presidente por su eficacia como
cabrón, que supera la de Tránsito Ariza para quebrar la
dignidad de la viuda para favorecer a su hijo.
Desalmado chantaje
de Chávez que escandalizó al Papa evidente, entre los
familiares de Ingrid Betancourt, reseñado por Carlos
Fernández de La Fuente: “El colmo del Síndrome de
Estocolmo”, en Noticias 24 y en la prensa mundial.
He aquí parte de la noticia de De la Fuente:
“Todo el mundo democrático ha aplaudido y respaldado la
movilización pacífica y ejemplarmente democrática contra las
FARC y el terrorismo
celebrada ayer en las más importantes
ciudades del mundo. Todo el mundo con una sólo y muy
estridente excepción:
la de la
familia de una de los muchos rehenes de las FARC,
la Sra. Ingrid Betancourt.
Es lógico y comprensible, dado el muy
particular y privado interés de la familia Betancourt, pero
absolutamente aberrante.
Las expresiones del esposo francés de la Sra.
Betancourt, de su hermana y su madre criticando la
realización de esta exitosa y muy plausible manifestación,
de una trascendencia histórica innegable, enfilándolas
contra el gobierno de Álvaro Uribe y defendiendo en la
ocasión al presidente de Venezuela Hugo Chávez dejan
muchísimo que desear.
Es
más: avergüenzan. Pues anteponen el interés
personal de una sola familia al de una colectividad global
de millones y millones de seres humanos,
que se unen para luchar contra el factor que ha causado el
sufrimiento de dicha familia y pretenden ponerle un atajo
definitivo.
Es el
colmo de lo que se bautizara hace décadas como el síndrome
de Estocolmo. Hasta ahora manejado en un
nivel íntimo y privado.
Pero que
el terrorismo y el chantaje de las FARC y el
gobierno venezolano pretenden convertir en supremo argumento
que permita las peores calamidades: darle legitimidad a lo
que es ilegítimo por su propia
naturaleza.
El lejano esposo de la Sra. Betancourt,
acantonado en una sociedad ejemplarmente democrática como la
francesa y en donde un cáncer como el de las FARC es
absolutamente inimaginable, ha ido incluso más lejos.
Se
ha inmiscuido en nuestros asuntos internos criticando la
coincidencia de la fecha escogida con la que rememora el
golpe de estado que catapultara al Poder al teniente coronel
Hugo Chávez. Culpando al gobierno de Álvaro
Uribe por la escogencia de esa fecha (aniversario del
fallido golpe de estado del Chávez, el 4 de febrero de
1992).
Bastaría responderle al señor en cuestión que
nadie en Melbourne o Tokio, en Santiago de Chile o en Québec
tiene la más remota idea del significado de esa fecha. Sólo
la tiene para el golpismo castro comunista hoy representado
en el gobierno venezolano. ¿Comparte la familia Betancourt
los ideales de este gobierno? ”.
Noticia que la madre de la secuestrada, señora Yolanda
Pulecio, completó con el cínico pedido a Su Santidad, para
que obre el milagro del desalojo de Uribe de la Presidencia
de Colombia, en beneficio de los secuestradores de su hija.
Vergonzosa prostitución de la dignidad que también salpica a
los familiares de los secuestrados: Gloria Polanco, Luis
Eladio Pérez y Orlando Beltrán, porque rinden loas a Chávez
mientras esperan en Caracas, la liberación de sus seres
queridos. Es lamentable, pero como decía mi padre, mientras
existan cabrones no se acaban las putas.