El
discurso del General Raúl Baduel al entregar el mando debe
ser evaluado en tres planos: teórico, político y ético.
Baduel reivindicó el proyecto socialista de la revolución
bolivariana pero alertó contra los errores del socialismo
real, afirmando que el socialismo venezolano deberá ser
democrático. A su vez aseveró que las ideas de Marx y
Engels constituyen una "teoría científica" sobre cuyos
cimientos debe levantarse nuestro socialismo. Dijo también
que uno de los errores del socialismo real fue "la
insuficiente generación de riqueza", añadiendo que "antes
de repartir la riqueza hay que generarla".
En su parte teórica lo dicho por Baduel es un disparate
que combina pobreza intelectual con falsificación
ideológica. No se explica que si la teoría de Marx y
Engels tiene carácter científico la misma haya dado origen
a los desastres que Baduel denunció en sus palabras.
Carece de sentido argumentar que mediante el uso de las
doctrinas que condujeron al desastre de la URSS, Cuba, y
el resto de los socialismos reales Venezuela va a crear
algo distinto. En tercer lugar, el socialismo no generó
riqueza en la URSS ni lo ha hecho en parte alguna porque
alguien cometió un error, sino porque se trata de un
sistema que destruye los incentivos para trabajar,
superarse y producir. Llama la atención que en ninguna
parte de su discurso Baduel se refirió a la tragedia
cubana, y al hecho que la tiranía de Fidel Castro respira
gracias al subsidio petrolero venezolano.
La ausencia de libertad, división de poderes y
alternabilidad en el mando bajo el socialismo no son
casuales, sino que forman parte de la naturaleza de un
sistema socioeconómico basado en la propiedad colectiva de
los medios de producción. Y esto nos lleva al plano
político del discurso y su recepción por no pocos
comentaristas de la oposición. En vergonzoso que un texto
tan repleto de distorsiones, tan intelectualmente pobre y
políticamente engañoso haya sido recibido con beneplácito
por editorialistas y articulistas de oposición, que
también nos empujan hacia la trampa del "socialismo bueno"
frente al "malo". No hay socialismos buenos y todo
socialismo implica la asfixia y aniquilación eventual de
la libertad. Seguir insistiendo que los países europeos
son socialistas constituye una mentira y un fraude
intelectual.
Con esa actitud entreguista la oposición le concede a
Chávez la victoria en el terreno de las ideas. Ya en
Venezuela todos somos socialistas y el debate se centra en
el tipo de socialismo que presuntamente debemos levantar.
Con ello Chávez tiene la mitad de la batalla ganada, y
hasta el Cardenal proclama que él estaría de acuerdo con
un socialismo "democrático". Todo ello representa una
claudicación absoluta ante el empeño de Chávez dirigido a
estigmatizar la economía de mercado y la tradición liberal
del pensamiento político. En ese sentido Chávez ha
triunfado, Baduel lo expresó, y la oposición que alabó su
desteñido discurso lo ratificó.
En el plano ético Baduel debe recordar que él es
corresponsable de lo ocurrido estos años en el país, de la
intervención cubana en nuestros asuntos internos, de la
subordinación del interés venezolano al despotismo
castrista, de las alianzas de Venezuela con Irán y Corea
del Norte, de la delirante carrera armamentista, de la
politización y adoctrinamiento marxista de la FAN, de su
gradual sustitución por una milicia cubanizada, y de la
entronización de una autocracia que pretende perpetuarse
en el poder. Baduel nada dijo de esto y su discurso sólo
sirvió para olvidar.