En
1883, verde de envidia, Guzmán Blanco no podía soportar que
en la celebración de los 100 años del natalicio del
Libertador, él no fuera el alma de la fiesta. Ya tenía
todos los títulos más rimbombantes que la jaculatoria
criolla pudiera concebir: El héroe de Abril, El Ilustre
Americano, El Autócrata Civilizador, pero eso no lo
llenaba. El título Nuevo Libertador, no podían
dárselo porque, se lo habían endosado al viejo Guzmán los
liberales del 46 cuando creían que era el hombre a seguir y
lo llamaban El Nuevo Bolivar. Así comenzó la
farsa de Bolívar reencarnado en mesías.
No
obstante, esto no podía quedarse así y en algo tenía que
superar Guzmán a Bolívar. Hasta que un plumario concibió la
idea de hacerlo miembro de la Academia Venezolana de la
Lengua, correspondiente de la Real Academia Española, a
pesar de que Guzmán apenas escribía cartas domésticas a su
mujer. A Antoñito le gustó la idea y se auto denominó
Académico de la Lengua y por unanimidad fue nombrado su
primer Director.
En su discurso del
28 de julio, dijo que la lengua primitiva de España fue la
vascuence, provocando la primera polémica literaria de la
que se tenga noticia en el país. “La prensa oficial y los
escritores que eran miembros del gobierno y del partido
liberal alabaron sin medida el discurso calificándolo de
extraordinario”, Archivo. Histórico de, Miraflores,
Dic, 1983.
Mientras que la oposición calificó este disparate como una
muestra del ridículo internacional: No había respetado,
ni el recinto de las ciencias ni de las letras- registró
El Archivo- y buena muestra de
tales abusos, era su presencia en Academia de
la Lengua y su audacia de abordar un tema
científico para lo cual no estaba en absoluto preparado.
En
los Panamericanos del 2007, a Chávez lo contagió el despecho
de Guzmán por la falta de medallas y también se colgó la
suya, reseñó la Gaceta Oficial, Nº 38.737, del 01-08-07:
Por disposición del presidente de
la
República de Venezuela, de conformidad con lo dispuesto en
los Artículos. 15 y 47 de la Ley Orgánica. de la Fuerza
Armada Nacional, previo el voto favorable del Consejo de la
Orden…, se confiere la condecoración Orden Militar de la
Defensa Nacional, en el grado de comendador, al teniente
coronel (Ejército) Hugo Rafael Chávez Frías,
refiere el documento suscrito por el ministro
de la de la Defensa, general en jefe Gustavo Rangel Briceño,
quien también fue condecorado.
-¡Bueno,
pero, qué peleas ganó este hombre! –gritó, Guzmán en el
Panteón. Tengo entendido que el peleó dos veces: una en El
Museo Militar y la otra en La Orchila y no ganó ninguna.
Mueve a vergüenza
nacional que esta condecoración también será registrada para
la posteridad, en Archivo Histórico de Miraflores.