La
recolección de firmas en el extranjero es un tema, sobre el cual preferí no
opinar hasta tanto el CNE no se pronunciara; no solo porque soy uno de esos
venezolanos que viven en el extranjero, sino porque es un tema que tiene
diversas consideraciones; y prueba de ello es que la decisión del CNE, en
cuanto a declarar improcedente la recolección de firmas en el extranjero, fue
producto de un dictamen dividido. Así mismo, en mi condición de abogado me
sería muy fácil escribir unas cuantas líneas sobre la vulneración de los
derechos constitucionales, de igualdad y participación política previstos en
los artículos 21 y 62, así como también del funcionamiento de los medios de
participación previstos en el artículo 70 de la Carta Magna.
Pero
dicho esto, valdría la pena que pusiéramos las cosas en perspectiva y a
través de un simple gesto de sentido común, reflexionar y pensar, que el día
en que sea más importante y más influyente la voluntad y el voto, de los
venezolanos que vivimos fuera del país, será porque Venezuela dejó de
existir. Como ese momento felizmente no ha llegado – ni llegará – me parece
mezquino caer en el debate de que si somos 200.000, de que si cuando baja la
marea llegamos a 400.000 los venezolanos en el extranjero, en fin cifras
indeterminadas, como esas que lanza el propio presidente Chávez en sus
discursos. Cuando, lo cierto es que son 26.550 los venezolanos en el extranjero
inscritos en el REP.
El
CNE, ha venido realizando una gestión que desde el primer día ha estado
sometida a grandes presiones, y sin embargo, todas las decisiones hasta ahora
tomadas fueron unánimes. No obstante, me parece que se perdió mas de una
semana discutiendo el derecho a firmar de 26.550 venezolanos; desplazando y
retrasando temas y asunto más importantes como la normativa de publicidad y
propaganda y el adiestramiento de los observadores, entre otros temas.
Así
las cosas, desde ya se escuchan comentarios y planes, de algunos autonombrados
dirigentes de la pseudo resistencia de venezolanos en el extranjero, quienes con
el solo animo de figurar, amenazan con ejercer acciones ante la corte celestial
de ser necesario. Cuando resistencia de verdad, es la que hacen millones de
venezolanos cada fin de semana ante la implacable arremetida de la violencia,
fuerza la que tienen los que esperan – en vano - por ser atendidos en los
hospitales, los millones de desempleados, los estudiantes sin cupo, los
jubilados, los que claman justicia, en fin la larga lista de sufrimientos y de
males que padece la inmensa mayoría de los habitantes de Venezuela.
Es
por todo lo antes expuesto, que le pido a los venezolanos en el extranjero que
coloquemos nuestra situación en una balanza, junto a la situación de casi 23
millones de venezolanos. Y veremos que por respeto, dignidad y solidaridad,
debemos canalizar todo nuestro apoyo, nuestras fuerzas, y nuestro
desprendimiento porque el "reafirmazo" en territorio venezolano se
constituya verdaderamente en la opción que le abriría a todos los venezolanos
el camino hacia una salida pacífica de la actual crisis de gobernabilidad, en
fin una herramienta electoral, con garantía de continuidad democrática.
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