Originariamente la palabra
“troglodita” no es ofensiva o despectiva. La primera
acepción de esa palabra que registra el DRAE define al
“troglodita” como el “Que habita en cavernas”. Vendría a
ser, pues, sinónimo de “cavernícola”. “Troglodita” es
palabra de origen griego y deriva de “troglodytes”,
compuesto de “trogle”, que significa “agujero”, y “dyno”,
que significa “me zambullo, me meto” (Corominas). Lo cual
demuestra que no es originariamente vocablo ni ofensivo ni
despectivo, y no equivale a un insulto. “Trogloditas” eran
los habitantes de las famosas cuevas de Altamira, que
dejaron en sus paredes maravillosos dibujos que testimonian
su alta inteligencia artística y su buen gusto.
Pero el uso agregó a esa palabra otros significados, como el
de “Dicho de una persona: Bárbara y cruel” (DRAE). Esta
acepción deriva del hecho de que aquellos hombres
primitivos, que habitaban en cavernas, solían realizar actos
de barbarie y salvajismo, como se ilustra en las conocidas
imágenes de un “troglodita” arrastrando a su mujer en el
suelo por los cabellos. Es algo semejante a lo que ocurre,
por cierto, con la palabra “bárbaro”, que inicialmente
significa persona que habla una lengua extranjera, y con el
tiempo, por las salvajadas de los “bárbaros” (extranjeros)
llegados a Europa desde los confines asiáticos y que
arremetieron contra el Imperio Romano, pasó a significar
“Fiero, cruel. (…) Inculto,
grosero, tosco” (DRAE).
Con el tiempo prevaleció la idea del “troglodita” como
salvaje y la otra definición se fue olvidando o pretiriendo.
De ese modo se convirtió en ofensiva y despectiva. Llamar
hoy “troglodita” a una persona es un insulto.
En la práctica, en el uso común y corriente, “troglodita” no
es solamente una persona “bárbara y cruel”, como dice el
diccionario, sino también una persona atrasada, de ideas
retardatarias, de pensamiento y costumbres anticuados y
obsoletos, lo que suele llamarse “reaccionario”, vocablo
este que hoy tiene poco uso.
El DRAE también da de “troglodita” las acepciones de “muy
comedor”, o sea, “glotón”, y de un “Género de pájaros
dentirrostros”, es decir, “pájaros cuyo pico tiene un
saliente en forma de diente más o menos visible en el
extremo de la mandíbula superior”, como el cuervo y el
tordo.