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Energúmeno
por Alexis Márquez Rodríguez
domingo, 31 agosto 2008


El sustantivo “energúmeno”, sin ser un adjetivo en grado superlativo, de hecho tiene tal carácter, tanto por su valor calificativo, como porque lo ejerce en un alto grado. Cuando lo aplicamos a un sujeto, nos referimos a que posee ciertas cualidades en grado superlativo. El DRAE define “energúmeno” como “1. m. y f. Persona poseída del demonio. 2. m. y f. Persona furiosa, alborotada”. La 1ª acepción es anticuada, o al menos en desuso, y se refiere al origen etimológico de la palabra, que viene del vocablo griego “energoúmenos”, que significa “poseído por un mal espíritu”.

El Diccionario CLAVE precisa más la definición de “energúmeno”: “Persona furiosa, alborotada o sin educación”.

El Diccionario de uso del español de América y España VOX, aunque conserva la acepción de “Persona poseída por el demonio”, precisa aún más la definición usual: “Persona colérica y que al enojarse se expresa con violencia (…)”.

En la práctica se va más allá de esas definiciones, aplicándolo a una amplia gama de conductas, caracterizadas no sólo ni tanto por lo violento, sino también por lo altamente negativo e incivilizado, un poco como sinónimo de “bárbaro”: “Ese tipo es un energúmeno” se dice de alguien que ha dicho o cometido barbaridades, sin que necesariamente impliquen violencia.

Es común usar “energúmeno” con valor comparativo: “¡Te portas como un  energúmeno!”.   


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