En
uno de los ensayos de su libro Comprensión de Venezuela
(1949), Mariano Picón Salas, una de las mentes más lúcidas
de la literatura venezolana, dijo que los personajes
femeninos de nuestra narrativa “Parecen los testigos y
acompañantes del continuo desastre que hicieron los hombres:
guerrilleros, políticos, aventureros, soñadores frustrados o
simples ‘balas perdidas’ de una familia en trance de
desintegración”. “Desastre” es la mejor palabra que encontró
Picón Salas para caracterizar la realidad venezolana a lo
largo del difícil proceso que ha sido la vida política de
nuestro país.
El DRAE define la palabra “desastre” de la siguiente manera:
“1. m. Desgracia grande, suceso infeliz y lamentable. 2. m.
Cosa de mala calidad, mal resultado, mala organización, mal
aspecto, etc. (…)”.
El Diccionario CLAVE, por su parte, dice: “1.
Desgracia grande o suceso lamentable en el que hay mucho
daño y destrucción (…). 2. Lo que tiene mala calidad, mala
organización o mal resultado. (…). 3. Persona llena de
imperfecciones o con absoluta falta de habilidad o de suerte
(…)”.
En efecto, en la práctica se aplica el vocablo “desastre”,
en primer lugar, a un suceso catastrófico, que causa grandes
daños principalmente materiales: un terremoto, un gran
incendio, una inundación con enorme poder destructivo, un
huracán desolador… Todos ellos son hechos desastrosos, sea
que causen personas muertas o no.
Pero la palabra “desastre” se usa también para caracterizar
otros hechos, no necesariamente materiales. Una fiesta, un
evento deportivo, una reunión de cualquier tipo, una
ceremonia religiosa, un espectáculo… pueden haber resultado
un “desastre”. Igualmente la gestión política o
administrativa de un funcionario o de un organismo, o la de
una empresa o un empresario, puede calificarse de
desastrosa. Incluso el desempeño de un profesor, de un
conferencista, de un profesional cualquiera, puede ser o
haber sido un “desastre”, como también la relación conyugal
en un matrimonio.
Asimismo se puede aplicar el vocablo “desastre” a
determinadas personas, dadas su manera de ser o de
comportarse: “Fulano es un verdadero desastre…”.
“Desastre” es palabra de origen provenzal.