Del
adjetivo arbitrario
el DRAE dice, en su segunda y tercera
acepciones, lo siguiente: “|| 2. Que procede con
arbitrariedad. || 3. Que incluye arbitrariedad”. Es decir,
que arbitrario puede ser un individuo, pero también
un acto determinado: “Ese no sabe ser jefe, porque es un
arbitrario”; “La sentencia dictada por el tribunal es
arbitraria”. Una definición más amplia y precisa es la
del Diccionario CLAVE: “1. Que actúa basándose sólo
en la voluntad o en el capricho, y no sigue los principios
dictados por la razón, la lógica y las leyes (…)”.
A su vez, arbitrariedad, según el mismo DRAE , es un
“Acto o proceder contrario a la justicia, la razón o las
leyes, dictado sólo por la voluntad y el capricho”.
El adjetivo arbitrario, lo mismo que el sustantivo
arbitrariedad, son de uso muy frecuente, referidos a
personas y a actitudes o comportamientos. Su empleo abarca
los más diversos campos de la actividad humana. Con
frecuencia oímos o leemos que se califica de arbitrarios
a personas vinculadas a las más diversas áreas,
especialmente a quienes ejercen determinadas funciones de
jefatura o de mando. Los hijos pueden –y suelen– calificar
de arbitrarios a sus padres; los alumnos a sus
profesores o maestros; los feligreses a los sacerdotes y
jerarcas religiosos; los deportistas a sus directores y
entrenadores; los empleados a sus jefes o directores; los
obreros a sus capataces; los artistas de teatro o cine a sus
directores y productores; los militantes de partidos
políticos a sus dirigentes y líderes; los gobernados a sus
gobernantes, y, en general, los subordinados a sus
superiores.
Correlativamente, se puede y se suele tachar de
arbitrariedad el comportamiento general de todos
aquellos que jerárquicamente están por encima de quienes lo
hacen, o actos específicos de ellos, actos que se considera
que son, como reza la definición del DRAE, producto sólo
de “la voluntad o el capricho”, y producidos “contra la
justicia, la razón o las leyes”: Yo no dudo de sus buenas
intenciones, pero hasta ahora todo lo que ha hecho son
arbitrariedades”.
El DRAE registra también el adverbio de modo arbitrariamente,
que en su segunda acepción se define como “Con
arbitrariedad”, o sea, que denota un comportamiento
arbitrario.
Arbitrario deriva del vocablo latino arbitrarius.