Se
queja una amiga periodista de que tozudamente un veterano
colega le critica el uso de patrocinante, porque,
según él, lo “correcto” es patrocinador. En Venezuela
–no sé si en otros países, pero supongo que sí– usamos
generalmente patrocinante, como participio activo de
patrocinar, definido este como “Defender, proteger,
amparar, favorecer. || 2. Apoyar o financiar una actividad
frecuentemente con fines publicitarios: El ministerio
patrocina este programa de radio” (DRAE).
Patrocinante es, pues, el que apoya o financia una
determinada actividad, con frecuencia, pero no siempre, con
fines de lucro. Se aplica mucho en la publicidad, al que
financia un programa de radio o televisión a cambio de que
se promuevan sus productos.
Supongo que la persona que rechaza el uso de patrocinante
se basa en que este vocablo no aparece en el DRAE, en el que
sólo figura patrocinador con ese mismo significado.
Pero en eso el veterano periodista está equivocado. Por
enésima vez diré que el solo hecho de que una palabra no
esté en el diccionario no significa que no exista. El
diccionario no da ni quita vida a las palabras, sólo es un
registro de vocablos en uso. Pero en él no están todas las
palabras en uso, pues para que una de ellas entre a sus
páginas debe estar antes un buen tiempo en circulación,
hasta que la Real Academia decida incorporarla. De modo que
si una palabra no se emplea, nunca entrará al DRAE. Y para
que entre, el uso frecuente deberá comprobarse por su
aparición constante por escrito, en libros y demás medios de
comunicación impresos.
Por supuesto que el empleo de patrocinador es válido,
como lo es también el de patrocinante. Son muchos los
verbos que tienen un participio activo terminado en “-ante”:
edificar (edificante), amplificar (amplificante), tonificar
(tonificante), clarificar (clarificante), glorificar
(glorificante), purificar (purificante), notificar
(notificante), mortificar (mortificante), suplicar
(suplicante), fornicar (fornicante), agobiar (agobiante),
censurar (censurante), evaporar (evaporante) y un larguísimo
etcétera.
Afortunadamente en esta materia mi amiga está curada de
espantos, y no hace caso de estos correctores aficionados.