Cuando Ledesma exponga en la OEA
las sistemáticas violaciones de la Carta Democrática del
gobierno bolivariano, muy probablemente muchos dirán que son
exageraciones, que después de todo que no hay suficientes
muertos, desaparecidos, o presos políticos, que aún se oyen
las voces de la disidencia, que hay elecciones periódicas y
que Chávez es un líder con mucho apoyo popular.
Lamentablemente, el mundo internacional no ha podido
entender la nuevas tácticas de totalitarismo, tiene flojos
mecanismos preventivos y sólo responde a catástrofes, y muy
ineficientemente.
Esta afirmación no disminuye la
importancia de que esa comunidad se entere de la felonías
antidemocráticas de los bolivarianos, de su papel expansivo
en la región y de sus peligrosas alianzas extra-regionales.
La OEA es un club de gobiernos,
o de presidentes, como se apreció en las posiciones tomadas
en relación al golpe en Honduras. Y aunque por definición es
una organización de Estados, sólo representa al poder
ejecutivo nacional. Se supone que los otros poderes son
suficientes para controlar lo que el ejecutivo hace y lo que
representa.
Aunque Ledezma demuestre que hay
una violación de la Carta, nadie moverá un dedo para llevar
el caso al Consejo Permanente de la organización. Sin
embargo, estos son pasos importantes para ir creando y
consolidando una “matriz” de opinión que favorezca las
luchas democráticas en Venezuela. Chávez ya perdió la prensa
internacional, y está perdiendo apoyo político de muchos
partidos y movimientos sociales en la región, y por ende de
muchos parlamentos.
Muchos gobiernos se encuentran
en la encrucijada de perder las prebendas petroleras y la
cooperación manirrota sino se alinean con la revolución.
Pero ya las alianzas internacionales forjadas a la sombra
del “excremento del diablo” comienzan a resquebrajarse. Ya
saben que la ayuda es “desinteresada” sólo si se apoya
revolución chavista. El uso del petróleo como arma política
y la a declaración de Chávez de que la ALBA pasará de
“Alternativa” a “Alianza” pone en claro su papel. Antiguos
aliados del Caribe ya muestran preocupación y pronto serán
más.
El “golpe de estado” a Ledezma y
a los funcionarios electos de la oposición, será más
claramente entendida a la luz de lo que venía haciendo
Zelaya, quien al igual que en Venezuela venía violando la
constitución desde la presidencia. La lucha hay que darla en
todos los terrenos y la que adelanta Ledezma en Washington
es clave para volver a la democracia.
alfredomichelena@gmail.com