Si hacemos un
recuento de los “congelamientos”, cierres de frontera y
retiro de embajadores en las relaciones entre Colombia y
Venezuela en lo que va de siglo, encontramos como elemento
común las FARC.
Para muchos
el cambio de declararse neutral frente a los guerrilleros,
pasando por su petición de quitarles el “san benito” de
narcoterroristas, hasta su radical cambio cuando les pedió
que abandonaran las armas, sólo puede haber sido posible por
medio del chantaje. Increíblemente, esto ha sido confirmado
por Chávez que acusó al gobierno colombiano de estarlo
chantajeando. Lo cierto es que luego de la captura de las
famosas computadoras del Nº 2 de las FARC, Raúl Reyes, y la
denuncia de que en ellas había información que comprometía
al gobierno bolivariano, Chávez se reconcilió con Uribe y
cambió de posición con respecto al grupo narcoguerrillero.
Esta nueva
gélida crisis se suscita a partir del hallazgo de tres
lanzacohetes AT-4 suecos propiedad del Ejército venezolano
en un campamento de las FARC. Primero, Chávez entró en
cólera y dijo que no le habían informado, para luego
confesar que cuando Maduro se lo comunicó él le dijo,
“déjalo por ahí” sin prestarle importancia mostrado una gran
irresponsabilidad. De paso ya los suecos habían pedido
explicaciones al gobierno venezolano. Luego de ir y venir
negando y vociferando insultos, frente a corresponsales
extranjeros declaró que si, que era verdad, que se los
habían robado en el ataque de Cararabo en 1995. Claro que no
fueron las FARC sino su archienemigo el ELN quienes
cometieron esa masacre y que era un puesto naval y no del
ejército, componente responsable de este tipo de
armamento.
Pero, más
allá de esto el The New York Times reveló la existencia de
recientes mensajes de Iván Márquez, comandante de las FARC,
quien describe un plan para comprar en Venezuela misiles
tierra-aire, rifles de largo alcance y radios, con
participación de Rodríguez Chacín y Rangel Silva. Este
diario y el Washington Post pidieron al gobierno
norteamericano que investigara seriamente estas
informaciones.
Con esta
información y otras más confidenciales salió Uribe a tratar
de convencer a sus pares que Chávez y Correa son un peligro
para su lucha contra la narcoguerrilla. Pero si esto no es
suficiente ya el gobierno colombiano repitió que llegarían a
los tribunales internacionales. ¿ Qué pasará?, lo veremos
muy pronto. Lo que si es cierto es que las FARC son la
piedra de tranca para la normalización de las relaciones
colombo-venezolanas.
alfredomichelena@gmail.com