Las tensas relaciones con
Colombia vuelven a estar en la palestra y el tema es el
mismo: las relaciones de los bolivarianos con la FARC. Esta
vez el ministro de defensa colombiano al conmemorar la
operación Fénix- que culminó con la muerte de Raúl
Reyes-declaró que perseguirían a las FARC donde estuvieran
metidas, pues es un acto de legítima defensa. Ya el
presidente Uribe había dicho que jefes de las guerrillas
vivían en el extranjero, lo que RCN precisó al informar que
la mayoría ellos estaban en Venezuela. Es más, se ha colado
a la prensa que Uribe le habría dado, como lo hizo en
pasadas oportunidades, las ubicaciones de los nueve miembros
del Estado Mayor de las FARC que viven en Venezuela además
de la información de que su jefe máximo Alfonso Cano estaría
en Barinas.
La respuesta no vino de Chávez
sino que la Cancillería, sin tratar el tema de la presencia
guerrillera, rechazó con sobradas razones la advertencia de
que otra operación Fénix pudiera realizarse. Uribe mandó a
callar a su ministro, pero la acusación siguió sin ser
desmentida.
Recientemente la Corte Penal
Internacional (CPI) solicitó al vecino país, y les fueron
entregados formalmente, los datos contenidos en el
computador de Reyes. Según algunos medios con el fin de
establecer los apoyos que los terroristas reciben desde
países vecinos. Ya el Fiscal de la CPI en su visita a
Colombia había dejado muy claro, que él puede llevar a cabo
una investigación sobre estas colaboraciones, que están
penadas por el Estatuto de Roma. Ahora esto es más que una
posibilidad.
El gobierno colombiano no ha
dejado de acusar al venezolano de colaborar con la
guerrillas. Tampoco los EE.UU., por boca incluso de su
presidente, han dejado de insistir en la existencia de ese
apoyo.
Las FARC han declarado que
respaldan la revolución bolivariana, a cuyos líderes admiran
y respetan. Chávez ha dicho que el respeto y admiración es
reciproco. Pero lo que realmente sería catastrófico es que
ahora se pruebe ante un tribunal internacional lo que muchos
suponen, que Chávez apoya a las FARC. Sería una catástrofe
en medio de una crisis. Después de la captura del computador
de Reyes, Chávez se ha hecho prudente en las relaciones con
Colombia. Luego de criticarlas, ahora no habla sobre las
FARC, sino que responde a través comunicados de la
Cancillería y utiliza otros voceros. Pero, ¿podrá el alacrán
dejar de picar? o ¿el proceso en la CPI detenerse?. Ya
veremos.
alfredomichelena@gmail.com