El
enfrentamiento entre las potencias nucleares de Rusia y
Estados Unidos parece estar aumentando, pero lo grave es que
el gobierno bolivariano quiere meternos en ese lío.
La Rusia imperial quiere retomar
el papel central que jugó durante la Guerra Fría, como la
"otra gran potencia armada". En este sentido se han
reestablecido vuelos estratégicos de patrullaje -léase
espionaje- de sus bombarderos sobre el Pacífico, el
Atlántico y el Ártico, desde hace un año por instrucciones
de Putín.
Aparentemente esto sería una
respuesta rusa a la pretensión yanqui de instalar misiles
interceptores en Polonia y un radar en la República Checa
para prevenir un ataque misilístico de Irán: otro aliado
estratégico de Chávez.
En todo caso, Rusia está
buscando bases para reabastecer y mantener sus bombarderos,
ya que según el Gen. Pyotr Deinekin, ex-comandante de la
Fuerza Aérea rusa, el vuelo a EE.UU., desde la base de
bombarderos al sur de Rusia, tardaría 10 horas, aún
reabasteciendo gasolina dos veces en vuelo, y apenas
dispondría de hora y media en las costas norteamericanas.
Bases rusas en América Latina eliminarían las restricciones
de tiempo a sus bombarderos y convertiría esta presencia en
permanente.
Cuba, que en 2002 cerró el
centro de espionaje rusos cerca de La Habana, habría sido
visitada. Los gringos reaccionaron advirtiendo que esto
sería cruzar la "línea roja"; sería reeditar la crisis de
los misiles de 1962. Fidel respondió que el gobierno cubano
no daría explicaciones sobre la instalación de bases rusas
en Cuba.
No sabemos si concientemente, o por desconocimiento,
ingenuidad o incapacidad a nuestro "líder", se le ocurrió
dar la incondicional y permanente bienvenida a los aviones
rusos y a su flota, a quienes considera sus aliados, contra
los EE.UU. Las agencias de noticias rusas- y no las
imperialistas-, destacaron que Venezuela ofrecía asiento
para tales bases.
El problema es que ahora no se
trata de Chávez equipándose con armas rusas o insultando a
los gringos o alardeando con "que me echen la Cuarta Flota
norteamericana que yo la derroto". Se trata de concretar una
alianza estratégica armada, con Rusia e Irán, y jugar un
papel clave, en contra de los EE.UU. en un conflicto "frío"
que se reaviva. Se trata de retar a los gringos en su propio
"patio trasero" y asumir una posición que nos convertiría en
objetivo militar en un conflicto que no es nuestro. Esto
recuerda la fábula del aprendiz de brujo, que desató fuerzas
que no pudo controlar y que al final lo envolvieron
trágicamente
alfredomichelena@gmail.com